miércoles, 11 de marzo de 2020

SOCIALES Y ARTÍSTICA 5º 2020

Colombia En La Primera Mitad Del Siglo "XX"













*Durante la primera mitad del siglo XX Colombia vivió profundos cambios. las transformaciones económicas ocurridas en el país durante esta época, producto de su inserción en la economía mundial, produjeron la modernización de la sociedad colombiana: se construyeron ferrocarriles y carreteras, la industria floreció, las ciudades empezaron a crecer y apareció un nuevo actor social: el obrero. Todo hacía parecer que durante el siglo XX Colombia empezaba a desarrollarse progresivamente en comparación con el siglo XIX. A pesar de que esta época fue de prosperidad económica, los odios partidistas característicos del siglo XIX no cesaron y además los gobiernos de la época no supieron afrontar los problemas sociales y económicos de la población más pobre. A la larga los odios políticos y la injusticia social engendraron -a mediados del siglo XX- uno de los períodos más sangrientos de nuestra historia: la Violencia.


La importancia geográfica y económica de Panamá radica en que por estar ubicada en el centro y ser el lugar en donde existe la menor distancia entre la costa Pacífica y la Atlántica del continente americano, hacía mucho más fácil el transporte de mercancías y personas entre los países del Atlántico y los del Pacífico. Fue así como Panamá se convirtió en un epicentro del comercio mundial. En el siglo XIX, la expansión del capitalismo hizo pensar a varios países del mundo, entre ellos Colombia, que era necesario mejorar la comunicación entre las dos costas del istmo. Con esta idea, el gobierno colombiano contrató con una compañía norteamericana la construcción de un ferrocarril que comunicara la ciudad de Colón, ubicada en la costa Pacífica, con Ciudad de Panamá, localizada en la costa Atlántica. La obra fue inaugurada en 1855. 

La Necesidad De Construir Un Canal



Aunque el ferrocarril trasportaba grandes volúmenes de mercancía, el rápido crecimiento del comercio mundial lo volvió al poco tiempo obsoleto. Fue así como surgió la necesidad de construir un canal interoceánico que permitiera en tráfico de grandes barcos. Por supuesto, Colombia no tenía el suficiente dinero para llevar a cabo la construcción de la obra. Hacia 1880, Colombia le vendió los derechos para construir el Canal de Panamá a una empresa francesa, pero esta cayó en bancarrota y no pudo finalizar su construcción. 


*Los Gobiernos Conservadores 1886-1930




La hegemonía conservadora fue el período histórico en el que el Partido Conservador de Colombia se mantuvo en el poder de forma ininterrumpida durante 44 años. Se inició en 1886 cuando José María Campo Serrano, asumió la presidencia de la República de Colombia, en nombre de la Regeneración, liderada por Rafael Núñez, bajo la cual se promulgó la Constitución de 1886, de corte centralista y conservador. Dicha hegemonía se prolongó hasta 1930,1 cuando el conservatismo perdió las elecciones contra el candidato liberal Enrique Olaya Herrera.


*La República Liberal 1930-1946:



El Estado en Colombia había evolucionado hacia la forma unitaria y centralista
a partir de la constitución de 1886 y dado pasos de avance con la reforma
constitucional de 1910; no obstante ello, carecía de los instrumentos suficientes
para extender su acción a los distintos planos de la vida nacional y adecuarse
a las nuevas situaciones derivadas del desarrollo de la economía y de la aparición
de nuevos grupos sociales.


La década del 30 vio la única confrontación internacional de Colombia, la guerra contra Perú (1932-1934). En 1930 fue elegido presidente el liberal Enrique Olaya Herrera. En 1932 un grupo de peruanos se toma la ciudad colombiana de Leticia en el Departamento del Amazonas, lo que despertó inmediatamente los sentimientos nacionalistas que recordaban la pérdida de Panamá y tenían en cuenta el Tratado Salomón-Lozano, firmado con Perú, en 1922. Sin embargo, el mundo estaba en medio de una recesión económica, Colombia no tenía la experiencia en una guerra contra otra nación, se trataba de una región selvática y el país no tenía suficientes recursos, condiciones que motivaron a los peruanos. El 18 de febrero de 1933, la embajada de Colombia en Lima fue atacada y el embajador fue obligado a retirar las insignias nacionales ante los gritos anticolombianistas en las calles. El asalto a la delegación fue la respuesta peruana a la anterior recuperación colombiana de Chaclacayo de manos peruanas. El 14 de febrero del mismo año, aviones peruanos atacaron la flotilla naval organizada por el general Alfredo Vázquez Cobo a raíz de la toma de Leticia el 1 de septiembre de 1932. El mismo día 14, Vázquez Cobo forzó la rendición de los peruanos que ocupaban este puerto sobre el Río Putumayo. Los peruanos huyeron sin oponer resistencia y las fuerzas colombianas recuperaron Tarapacá el 15 de febrero. En Bogotá, por cuenta del ataque de la aviación, el presidente Enrique Olaya Herrera rompió relaciones diplomáticas con Perú ese mismo día.




La Masacre De Las Bananeras 1928:



La Masacre de las Bananeras  fue un exterminio de los trabajadores sindicalizados de la United Fruit Company que se produjo entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, cerca de Santa Marta, en el departamento del Magdalena, Colombia. Un número desconocido de trabajadores murió después de que el gobierno de Miguel Abadía Méndez decidió enviar al ejército colombiano a poner fin a una huelga de un mes organizada por el sindicato de los trabajadores que buscaban garantizar mejores condiciones de trabajo. El gobierno de los Estados Unidos de América había amenazado con invadir Colombia a través de su Cuerpo de Marines, si el gobierno colombiano no actuaba para proteger los intereses de la United Fruit.

LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XX

















POR:


JULIO 02 DE 2009 - 05:00 A.M.
El legado del siglo XIX y los años 20

La apertura del siglo XX colombiano con la Guerra de los Mil Días afectó el desempeño del país en materia económica. El estancamiento en la inversión, la hiperinflación, la destrucción de parte importante de la infraestructura de transportes, y la depresión del sector externo como resultado de la intensidad del conflicto en Santander y Cundinamarca, sumieron la economía colombiana de los albores del nuevo siglo en profunda recesión. Sin embargo, había tan poca industria entonces, que no pudo ser muy afectada por la guerra.

A principios de siglo era evidente el relativo atraso de la industria colombiana no sólo con respecto a Inglaterra y Estados Unidos, sino con otros países de la región. Este era el legado del siglo XIX que, en cuanto a la acumulación de capital en la industria, había sido precario, dejando a la guerra poco por destruir.

En su sentido moderno, industrias manufactureras caracterizadas por la mecanización y concentración física de los recursos, persiguiendo economías de escala, intensivas en capital y tecnología, y administradas por diferentes capas gerenciales, eran más bien escasas.

Según Poveda, hacia 1900 el número de fábricas que exhibían características semejantes era de 12 en Bogotá, 10 en Antioquia, una en Boyacá, otra en Bolívar, y un puñado más en Santander y el Valle. Sectorialmente, éstas se concentraban en industrias livianas de consumo no duradero, como alimentos, bebidas, calzado, textiles, tabaco, fósforos y velas; y otros productos como cemento, vidrio, loza, hierro, muebles y enseres.

¿Cuáles eran las causas del atraso industrial? Los factores más importantes eran dos. Colombia, como cualquier país cuyo progreso industrial no se basaba en el desarrollo autóctono de innovaciones tecnológicas de bienes industriales y de sus procesos de producción, estaba destinada a importar parte de su industrialización. Dicha transferencia se veía condicionada por el dinamismo de su sector externo, que definía la capacidad de pago de las importaciones de maquinaria, equipos e insumos estratégicos de la producción industrial. Pero no sólo habían sido las experiencias exportadoras colombianas del siglo XIX muy volátiles, sino que gran parte de los ingresos derivados de ellas se dedicaban a importaciones de bienes de lujo, frustrando así esa transferencia efectiva.

La otra causa residía en el tamaño relativamente pequeño del mercado para productos manufacturados, fragmentado claramente por economías regionales aisladas por costos de transporte altísimos; y donde además, la demanda estaba condicionada por un ingreso por habitante magro y de lento crecimiento.

La fuerza dinamizadora del crecimiento industrial de los años 10 y 20 no fue entonces resultado de la política proteccionista que había reforzado el general Reyes, ni de la fiscal del Gobierno de Ospina, sino del despegue de la economía cafetera.

El auge exportador originado en el occidente del país generó varios efectos positivos para el sector industrial: primero, la atomización de las rentas cafeteras representó un crecimiento en los ingresos de una clase media emergente que se materializó en una demanda interna sostenida por artículos de consumo, un caso típico de crecimiento smithiano (la división y especialización del trabajo conducen a mayor productividad y riqueza trazando un círculo virtuoso); segundo, el mejoramiento de la infraestructura de transporte tanto vial y férrea como fluvial, así como de las adecuaciones portuarias redujo los costos de fletes y por ende de multiplicidad de bienes; igualmente integrando más los mercados regionales y perfilando uno de carácter nacional; tercero, una parte significativa de los nuevos capitales industriales encontró su origen en la producción y comercialización del café, como lo ilustran los casos de importantes compañías manufactureras como Coltejer, Fabricato, Cervunión, Coltabaco y Noel. La aceleración industrial de los años 20 sin embargo, se vería truncada por la Gran Depresión de 1929.











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