lunes, 22 de abril de 2019

5º SOCIALES PERIODO

























































https://es.slideshare.net/SOLIDEO/historia-del-conflicto-en-colombia




HISTORIA DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO

Generalidades



Colombia ha sido siempre un país conflictivo.
Anterior a la Conquista y la Colonia ya teníamos como recurso resolver el conflicto con violencia.
La independencia de Colombia, en 1810 también está marcado por confrontaciones violentas.


Las guerras que siempre perdemos

Generalidades



Existen varias teorías que buscan explicar el por qué de la violencia en Colombia.

Las teorías estructuralistas señalan que en Colombia hay violencia porque hay pobreza.

Sin embargo, el que en otros países más pobres no se den tantas manifestaciones violentas como acá, pone en duda esta tesis.

El conflicto colombiano y sus
períodos históricos
Primer período:
De1810 (Independencia) a 1902.

Segundo período :
De1948 (46) a 1953

Tercer periodo :
De 1953 hasta hoy.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.
Comprende la violencia del siglo XIX (post-independencia) y la de comienzos del siglo XX, caracterizada por guerras civiles que intentaban consolidar el estado.

En este período se promulgaron 42 constituciones :
- Pretendían constituir el Estado, a través de cambios de capital y nuevas configuraciones del poder.
- Buscaban definir los sistemas económico, político y social.
- Esta etapa es un reflejo de las dificultades encontradas al querer consolidar el Estado Colombiano.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.

En 1886 se firma la última constitución de esta etapa.
Se pretende que con ésta ha habido una mejora del Estado.
En ese año, finaliza la hegemonía constitucional liberal con el triunfo del movimiento regenerador encabezado por Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, dando como resultado la Constitución que regiría los destinos del país hasta 1991.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.


Período de las guerras civiles.

- La guerra de Los Mil días que se desarrollo entre 1899 y1902, fue la última de las guerras civiles en la Colombia del siglo XIX. Fue la más larga y sangrienta.

- Con la Constitución, se consolidan los conservadores en el poder, después de un largo período de gobiernos liberales. Con la guerra el conservadurismo se afianza militarmente.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.

En1863 empieza el período de las hegemonías (liberales – conservadores)
El partido que ganaba el poder hacía una constitución. Cuando el bando contrario se fortalecía, se daba otra guerra civil y generalmente una nueva constitución.
Primera Hegemonía liberal: 1863 a 1886.
Por más de 20 años el país fue gobernado por presidentes de este partido.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.

Primera hegemonía conservadora: 1886 a 1930.
Es una hegemonía muy larga y eso produce un cansancio social.

“El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

El descontento popular aumenta mucho y por eso no pueden perpetuarse en el poder a pesar de tener un poder estatal total.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902.

Hegemonía liberal: 1930 a 1949.
Durante esa hegemonía liberal los conservadores son excluidos totalmente de la política.
La reacción conservadora, durante ese período, fue buscar el poder por vías no legítimas
Arman grupos armados que han sido acusados de matar liberales. No sólo líderes sino también civiles para garantizar unas elecciones a su favor que les permitiera acceder al poder nuevamente.
Así, lograron disminuir la influencia liberal
efectivamente.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902. Características


Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902. Características
La constitución no cambia porque los liberales deciden dejarla para evitar más problemas.

En 1904, con Marroquín los conservadores pierden Panamá, que hasta el momento había sido un departamento olvidado. Estados Unidos ayuda a Panamá y le paga a Colombia 20 millones de dólares por su independencia.


José Manuel Marroquín

Este hecho histórico deja a las conservadores con mala imagen frente a la población.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902. Características




Hegemonía conservadora: 1946 a 1953.
Ultima hegemonía.
“La violencia” en Colombia comienza en 1946, pero simbólicamente inicia con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Surgen las autodefensas liberales. Departamentos liberales como el Tolima, Santander son los focos de inicio.

Primer período: De 1810 (Independencia) a 1902. Características
Surge del pueblo un candidato liberal con un poder nunca antes visto: Jorge Eliécer Gaitán.
El 9 de abril de 1948 es asesinado.
Los liberales se fortalecen para vengarse.
Este es el comienzo de un tipo de violencia distinta. Es una violencia que se mueve en el plano ilegal y que busca nuevas formas de manifestarse como la tortura, las masacres, las persecuciones.

Segundo período: “La Violencia”,1948
(46) hasta 1953
Cuando termina la hegemonía conservadora, Laureano Gómez es presidente por dos periodos.
Queda como presidente, Roberto Urdaneta, que dura muy poco porque ya el pueblo reclama un cambio.
Se desata una terrible
sed de venganza en

Laureano Gómez

liberales y conservadores. Así inicia el período
conocido como “La
Violencia”

Roberto Urdaneta

Segundo período: “La Violencia”,1948
(46) hasta 1953

Liberales y conservadores se organizan en autodefensas y se inicia una guerra partidista entre compatriotas.
El territorio colombiano se divide. Los departamentos asumen su filiación política como principio de aceptación o exclusión de los habitantes.

Segundo período: “La Violencia”,1948
(46) hasta 1953

El 13 de junio 1953, en complicidad con los partidos políticos, el General Gustavo Rojas Pinilla, da un golpe de Estado .

Segundo período: “La Violencia”,1948
(46) hasta 1953

Hay algunos que dicen que no fue golpe de Estado sino un golpe de opinión. Esto, porque la decisión
reflejó la voluntad

del pueblo.
Este período es de muy buena recordación en Colombia.


Archivo EL COLOMBIANO
El general Gustavo Rojas Pinilla (a la izquierda) pronunció su discurso de posesión como Presidente para el período 1954-1958 al lado del ex presidente, Mariano Ospina Pérez, quien presidía la Asamblea
Nacional Constituyente

Segundo período: “La Violencia”,1948
(46) hasta 1953



Durante este período:

Llegó la televisión a Colombia
Se construyeron importantes carreteras
Se realizaron obras públicas
Se le dio el voto a la mujer (57)
Progresista a pesar de ser militar. Por esto logró mucha popularidad y aceptación entre la población
civil.
Sin embargo, como a toda dictadura, también se le acusa de desapariciones, torturas, matanzas.
Pero a pesar de eso logró disminuir mucho la violencia. Logró pacificar el país.













El general Gustavo Rojas Pinilla durante la primera emisión de la televisión colombiana el 13 de junio de 1954.

Tercer periodo: Desde 1953 hasta hoy. Características

En 1957 se da por concluida la labor de Rojas Pinilla en el poder y asume una junta militar comandada por Gabriel Paris. Este es un período de transición antes de volver a la democracia.

Durante ese período es importante resaltar que Laureano Gómez fue consultado varias veces para tomar decisiones con respecto a la violencia entre
liberales y conservadores. Júbilo Nacional al saberse
la caída de Rojas Pinilla.

Tercer período: Desde 1953 hasta hoy. Características

Los líderes de los partidos liberal y conservador se reúnen para buscar una solución y la encuentran. Proponen el FRENTE NACIONAL.

Frente Nacional







Autorretrato con el Presidente Alberto Lleras Camargo, 1962.

Debido a que la exclusión del poder, tanto de liberales como de conservadores, ha generado un alto grado de violencia, la propuesta será diseñar una estrategia para que todos accedan al poder.
El Frente Nacional se inaugura en 1958 con Alberto Lleras Camargo como primer presidente. Le corresponde al liberalismo iniciar en el poder.

Frente Nacional
FRENTE NACIONAL:
Consiste en:
Repartirse el poder durante cuatro
períodos presidenciales (16 años).
Al cabo de esos años se esperaba que la violencia y la confrontación partidista hubiera terminado. Todos los puestos del estado se van a dividir en 50% y 50%. A pesar de que cada 4 años se hacían elecciones, el pacto estaba hecho y las esferas de poder decidían quién sería el próximo presidente . ¿Cómo lograban mantener la democracia en esta dinámica?

Frente Nacional


ALBERTO LLERAS CAMARGO 1958 – 1962 (Liberal)
Características de su gobierno:
Recibe al país pacificado.

Las autodefensas no han sido erradicadas del todo. En el sur del Tolima las autodefensas siguen funcionando. En “La Violencia” habían perdido sus tierras y querían que se las devolvieran. Habían sido desplazados por la violencia y por esto su lucha se concentraba en recuperar las tierras perdidas.

Frente Nacional




ALBERTO LLERAS CAMARGO 1958 – 1962 (Liberal)

Ordena acabar con las autodefensas liberales con un bombardeo en los municipios El Pato y Guayabero.

En el mundo está en pleno auge el comunismo.

Las autodefensas liberales al sentirse traicionadas, cambian su objetivo inicial que fue apoyar a los liberales y defenderse de los gobiernos conservadores y, a partir de 1958, se convierten en guerrilla. Su fin es pelear contra el Estado. Para esto se apoyan en la ideología comunista.

Así nace las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia); como una guerrilla campesina comunista que lucha por tierras.

Frente Nacional



GUILLERMO LEON VALENCIA 1962 – 1966 (Conservador)

En el 62 Cuba ya es comunista. Cuba le da becas a 8 estudiantes colombianos de la UIS que son adoctrinados en la lucha guerrillera y la revolución. Al volver, se convierten en críticos del gobierno y la economía colombiana.
En el 63 se descubren importantes pozos petroleros y el país firma con una petrolera internacional. Los estudiantes no están de acuerdo.

Frente Nacional
Nace el ELN. Su razón de lucha es la política económica y petrolera del país. El ELN tiene vinculación con la teología de la liberación del cura Camilo Torres y el cura Pérez. Sus ataques se concentran en la destrucción de infraestructura (oleoductos, torres de electricidad, etc.)
Alfonso López Michelsen, que no está de acuerdo con el frente nacional, crea un nuevo partido: el MRL (Movimiento de
Recuperación Liberal)










Camilo Torres

Frente Nacional


CARLOS LLERAS RESTREPO 1966 – 1970 (Liberal)

Gobierno progresista. No pasa nada negativo desde el punto de vista de la violencia en Colombia.

En términos generales tiene un buen gobierno.

El pueblo está descontento porque las FARC y el ELN se siguen fortaleciendo. La gente está cansada del modelo del frente nacional. Quieren una persona que haga paz.

Rojas Pinilla, retirado de la vida militar, sale a la esfera política.

El general retirado se lanza como candidato presidencial, son un nuevo partido llamado la ANAPO.

Frente Nacional



MISAEL PASTRANA BORRERO
1970 – 1974

En el último período del Frente Nacional, Misael Pastrana debía ser el presidente. A causa del agotamiento del modelo y de la insatisfacción de la población y frente a un nuevo candidato, las encuestas favorecen a Rojas.
El día de elecciones, unas horas antes de dar a conocer la votación final, se va la luz en todo el país. Después de 3 horas vuelve, y se da a conocer el resultado final: Pastrana ha ganado. El Estado justifica esta situación al explicar que para no generar expectativas, se prohibió la transmisión de información electoral y al desacato de algunos medios de comunicación, la mejor opción fue cortar la energía. El pueblo queda muy inconforme y culpan a los conservadores.

Frente Nacional
MISAEL PASTRANA BORRERO
1970 – 1974

Los familiares de los militares eran los principales seguidores de Rojas. El hijo del almirante Pizarro, Carlos y otros estudiantes deciden hacer algo al respecto. Como la vía legítima no funciona, optan por la vía contraria.

El 19 de abril de 1970 con el robo de la espada de Bolívar, fundan el M-19 (Movimiento 19 de abril).

M- 19 (Movimiento 19 de abril)

M- 19
Es una guerrilla urbana, con aceptación popular muy alta.
Se caracterizan por dar golpes espectaculares, como la toma de la embajada de la Republica Dominicana, el robo de armas del Cantón Norte, etc.

Resultad














http://bibliotecanacional.gov.co/es-co/proyectos-digitales/historia-de-colombia/libro/capitulo8.html

Regeneración y catástrofe







Para que a don Rafael
conozcas, cuando le veas:
tiene tres cosas muy feas
la boca, la mano y él.
—El Alacrán Posada sobre Rafael Núñez
Como para cambiar: otra guerra civil. La de 1885, que tuvo importantes consecuencias: la pérdida del poder por los liberales, después de un cuarto de siglo de más bien caótico federalismo. Y a continuación medio siglo de hegemonía conservadora, iniciada por un gobernante nominalmente liberal bajo el solemne título de la Regeneración.

El régimen de los liberales radicales empezaba, ya se dijo, a hastiar a la nación. Libertad y progreso, sí: “un mínimo de gobierno con un máximo de libertad”. Pero el modesto progreso del naciente capitalismo local se había venido abajo a partir de la crisis económica mundial del año 1873. Cayeron las exportaciones, y con ellas los ingresos fiscales. Le escribía un radical a otro: “Deuda exterior, contratos, pensiones, sueldos: ¿cómo se puede gobernar sin dinero?”. Y todo lo agravaba el gran desorden provocado por un federalismo extremo, paradójicamente sazonado de centralismo absolutista en cada uno de los nueve Estados soberanos: gobiernos nacionales débiles y breves, y continuas sublevaciones regionales tanto conservadoras como liberales, y fraudes electorales de un lado y de otro. De entonces data el cínico aforismo que preside las elecciones en Colombia:


“El que escruta elige”. Sumando la de la República y las de sus Estados soberanos eran diez soberanías en pugna. Diez constituciones, diez códigos civiles, diez códigos penales, diez ejércitos. Y cuarenta revueltas armadas en veinticinco años. Se pudo decir: “La nación está en paz y los Estados en guerra”.
Fue por entonces cuando en este país empezó a usarse de manera habitual la palabra “oligarquía”, que en su original griego significa “gobierno de unos pocos”. En Colombia el término se tradujo por “gobierno de los otros”: era el que usaban los conservadores para referirse al pequeño círculo de los radicales en el poder, y el que más adelante usarían los liberales para designar al círculo aún más pequeño de los conservadores, cuando cambiaron las tornas.
En 1884 fue reelegido a la presidencia Rafael Núñez, el liberal que dos años antes, como presidente del Senado, había pronunciado su ominosa frase: “Regeneración o catástrofe”. Y ahora quiso poner en práctica la primera parte de su advertencia en colaboración con una fracción de los conservadores, la encabezada por Carlos Holguín, ya desde hacía años promotor de alianzas y “ligas” con las disidencias del Partido Liberal. Pensaba Holguín que el regreso de los conservadores al poder (¿como en los breves años de Ospina?, ¿como en los largos siglos de la Colonia?) sólo podía lograrse maniobrando en zigzag, dando bordadas, como un velero avanza contra el viento. Con Núñez, sus relaciones eran mejores y más estrechas que las de cualquier jefe liberal del radicalismo: ya en su gobierno anterior (90-92) le había encargado a Holguín la reanudación de las relaciones diplomáticas con España, sesenta años después de la guerra de Independencia.

Núñez otra vez

Como todos los jefes políticos de la época, el cartagenero Rafael Núñez era escritor: es decir, en la Colombia de entonces, periodista y poeta; y a causa de los temas filosóficos de su poesía y económicos y sociológicos de su periodismo tenía fama de pensador. De hombre de ideas generales y abstractas, aumentada por una ausencia de más de diez años, que pasó como cónsul nombrado en Francia y en Inglaterra por los sucesivos gobiernos radicales. Durante ese período mantuvo una activa correspondencia con Colombia y publicó frecuentes y sesudos artículos de prensa, que para aclimatar su regreso publicó en forma de libro bajo el título de Ensayos de Crítica Social. Desde su temprana juventud había ocupado además todos los cargos públicos posibles, desde el de vicepresidente del remoto Estado soberano de Panamá hasta el de presidente de los Estados Unidos de Colombia, pasando por diversas secretarías, como eran llamados entonces los ministerios; y en el transcurso de su carrera había acumulado una cauda clientelista de consideración, en particular en la costa Atlántica, hasta el punto de que a su regreso de Europa, en 1874, su primera candidatura presidencial había sido lanzada en los Estados de Bolívar y Panamá al grito de “¡Núñez o la guerra!”. En 1880 fue finalmente elegido, con resignación, por los radicales, uno de cuyos jefes explicaba la posición reticente del partido diciendo: “Para negociar con Núñez hay que pedirle fiador”. Y en 1884 reelegido por los “independientes” liberales, como eran llamados los nuñistas, y ya con los votos de los conservadores. Ante lo cual estalló otra vez la guerra.
Empezó en Santander, con el levantamiento del gobierno liberal radical del Estado contra la intromisión electoral del gobierno central liberal-independiente-conservador de Núñez; el cual para enfrentar la amenaza procedió a armar, al margen de la pequeña Guardia Nacional, un fuerte ejército “de reserva”: con la particularidad de que puso generales conservadores a su mando. Con ello el conflicto se extendió al Cauca, a la costa, a Antioquia, al Tolima y a Cundinamarca: prácticamente a todo el país, y duró más de un año. Intervinieron incluso, a favor del gobierno, los buques de la escuadra norteamericana que custodiaban en el istmo la vía férrea de la Panama Railroad Company, que cañonearon la ciudad de Colón y finalmente supervigilaron en Cartagena la entrega de las tropas liberales.
La guerra dejó diez mil muertos: la tercera parte de todas las bajas de las seis guerras civiles del siglo XIX posteriores a la Independencia. Al final de 1885, tras la batalla de La Humareda sobre el río Magdalena, que fue una pírrica victoria liberal en la que los insurrectos perdieron a muchos de sus jefes y también la guerra, el triunfo de las tropas del gobierno (ya masivamente conservadoras) era completo. En cuanto la noticia llegó a Bogotá los partidarios de Núñez salieron a celebrar a las calles. Comentó el poeta Diego Fallon: “Festejan el entierro del partido radical. Pero la familia no lo sabe”. Y el presidente Núñez se asomó al balcón de palacio para pronunciar una frase que se hizo famosa:
      —¡La Constitución de 1863 ha dejado de existir!
Fue tal vez la única ocasión en que el cauteloso Regenerador, político de gabinete y no de plaza, salió a gritar desde un balcón.

Refundar la República

De eso se trataba la Regeneración prometida: de desmontar la Constitución votada 23 años antes por la Convención homogéneamente liberal de Rionegro, en cuya formulación había participado el ahora arrepentido Núñez. Desmontarla por liberal: “Una república debe ser autoritaria para evitar el desorden”, decía ahora Núñez, a quien los liberales ahora tachaban de traidor. Habría que llamarlo más bien converso que traidor, aunque se trata de términos cuyo sentido cambia dependiendo del lado en que se miren: Núñez siempre había buscado el orden, y hubiera querido que su Partido Liberal, o al menos la parte nuñista, ya no llamada independiente sino nacionalista, pudiera ser verdaderamente un partido de gobierno, cuando en realidad lo que había sido siempre era un partido cuyo temperamento era de oposición: de crítica y de libertades, y por consiguiente de dispersión. Y tras aliarse ahora política y militarmente con los conservadores proclamaba, por convicción tanto como por conveniencia, que eso daba lo mismo: “Las sanas doctrinas liberales y conservadoras, que son en su fondo idénticas, quedarán en adelante, en vínculo indisoluble, sirviendo de pedestal a las instituciones de Colombia”.
Del mismo modo se explica su cambio de posición con respecto a la Iglesia católica. Núñez se consideraba librepensador, y todavía en sus años de gobierno le escribía así a su embajador ante el Vaticano, después de restauradas las relaciones con la Santa Sede: “... en mi carácter de librepensador, que nunca declinaré Dios mediante...”. Había sido bajo el gobierno liberal del general Mosquera el ministro firmante de la desamortización de los bienes de la Iglesia; pero años después, y en vista de la desconanza que hacia él sentían los radicales, buscó acercarse a los conservadores con una frase sibilina: “Yo no soy decididamente anticatólico...”, que dio inicio a su colaboración, y culminaría poniendo la religión en el centro de la nueva Constitución. Se había convencido —como en su tiempo lo había hecho el Libertador Simón Bolívar, librepensador como él— de que la religión católica era un poderoso elemento de estabilidad y de cohesión en el país, y en consecuencia era necesario no sólo transigir con ella, sino incluirla en el corazón de las instituciones. Estaba demasiado acendrada en el espíritu del pueblo colombiano como para pretender con algún éxito extirparla, como habían querido los radicales. Católico en lo religioso, autoritario en lo político, proteccionista en lo económico: Núñez, en suma, se había hecho conservador, o había descubierto que siempre lo había sido.
Por eso fue tan fácil su entendimiento con el jefe conservador Carlos Holguín, político eminentemente flexible y componedor y de temperamento mucho más liberal que el autocrático de Núñez. Pero también supo entenderse con el testarudo y rígido ideólogo ultramontano Miguel Antonio Caro, conciencia moral y jurídica del conservatismo, que se definía a sí mismo diciendo: “Yo no soy conservador, sino un defensor decidido de la Iglesia católica”.
Así que Nuñez y los conservadores, ganada la guerra, procedieron a refundar la república. Empezando, como de costumbre, por cambiarle el nombre: ya no sería Estados Unidos de Colombia, sino República de Colombia a secas: sin peligrosos adjetivos calificativos.
Primero hubo que pasar por un episodio de ñoñería mezclada de frivolidad, que en Colombia suele manifestarse en los momentos de mayor gravedad histórica. Para que Núñez y los conservadores pudieran refundar la república en paz se necesitaba que las señoras de los conservadores suspendieran su guerra contra la señora de Núñez, doña Soledad Román, que no estaba casada con él por la Iglesia, sino solamente por lo civil. Con el agravante de que la primera esposa de Núñez no había muerto, y él era, en consecuencia, bígamo, y se hallaba en pecado mortal. Tras muchas vacilaciones y desmayos y visitas a los confesores y consultas con el arzobispo de Bogotá, un prelado de cabeza política que por su parte no dudó en ofrecerle su brazo a la mujer del presidente en un banquete, todas ellas acabaron acudiendo a palacio a presentarle sus respetos a doña Soledad. El poder bien valía una bigamia. Y ya pudo proseguir su curso la historia republicana.

La Constitución del 86

Para la obra central del nuevo régimen, la redacción de una nueva Constitución sobre las líneas generales propuestas por Núñez, se convocó un Consejo de Delegatarios: dos por cada Estado, conservador el uno y el otro “nacionalista”, o sea, liberal nuñista antirradical. Eran nombrados por los jefes políticos de los Estados, nombrados estos a su vez por el presidente Núñez. Una vez concluida, la Constitución fue presentada a la aprobación del “pueblo colombiano”; pero no de manera directa, sino representado por los alcaldes de todos los municipios del país, nombrados ellos también por Núñez: fue un milagro que de los 619 que había sólo la votaran afirmativamente 605. En la práctica había sido redactada íntegramente por Miguel Antonio Caro, atendiendo casi exclusivamente a las dos pasiones de su vida: la doctrina infalible de la Iglesia católica y la perfecta gramática de la lengua castellana. En lo primero había contado con el respaldo de Núñez, al parecer arrepentido del dubitativo agnosticismo de su juventud que le había dado sulfurosa fama de filósofo: “La educación deberá tener por principio primero la divina enseñanza cristiana, por ser ella el alma mater de la civilización del mundo”, decía el ahora presidente en su mensaje a los Delegatarios. Y Caro traducía para el texto constitucional definitivo: “La religión católica apostólica y romana es la de la nación”; y, en consecuencia, “en las universidades y los colegios, en las escuelas y en los demás centros de enseñanza, la educación e instrucción pública, se organizará y dirigirá en conformidad con los dogmas y la moral de la religión católica”.
Esta inclinación clerical de la Constitución de 1886 se vería reforzada el año siguiente con el Concordato firmado con la Santa Sede, negociado por Caro con su amigo el arzobispo de Bogotá, monseñor Telésforo Paúl, para el cual hubo que superar dos obstáculos de muy diversa índole. El primero, las exorbitantes reclamaciones económicas que hacía la Iglesia por la expropiación de sus bienes raíces 23 años antes; y el segundo, la situación personal del presidente, que por su parte exigía del Vaticano la anulación canónica de su primer matrimonio para que su unión civil con Soledad Román pudiera ser “elevada a la categoría de sacramento”. La anulación no se logró; pero a manera de consolación Núñez recibió del Papa la Orden Piana, hasta entonces reservada casi exclusivamente a las testas coronadas y a los santos.
Además de cuasiteocrática, la Constitución era vigorosamente centralista y resueltamente autoritaria, en diametral oposición a lo que había sido la anterior, laica, federalista y libertaria. A pesar de su proclamada descentralización administrativa concentraba la administración en la capital. Concedía amplísimas facultades al presidente de la República, que tenía la potestad de nombrar a los gobernadores y alcaldes del poder ejecutivo, y en el judicial a los jueces de la Corte Suprema y a los magistrados de los tribunales superiores. Su período era de seis años, con reelección inmediata e indefinida. El artículo 121 sobre la proclamación excepcional del Estado de Sitio (artículo bajo el cual iba a ser gobernado el país de modo casi ininterrumpido durante la mayor parte del siglo siguiente) le daba poderes casi dictatoriales. Y el artículo transitorio señalado con la letra K, destinado a “prevenir y reprimir los abusos de la prensa”, no tuvo nada de transitorio, sino que se aplicó con rigor para censurar la opinión libre durante el período entero de la Regeneración. “La prensa —le escribía a uno de sus ministros el presidente Núñez, que había hecho toda su carrera política desde los periódicos— no es elemento de paz sino de guerra, como los clubs, las elecciones continuas y el parlamento independiente de la autoridad (es decir, enemigo del género humano)”.
Y así tanto el propio Núñez como sus sucesores o más bien sustitutos en la presidencia, Holguín y Caro, tan periodistas como él, previnieron y reprimieron los que consideraron excesos de la prensa de oposición con la cárcel y el destierro de sus redactores y directores durante los quince años siguientes. En un país abrumadoramente analfabeto, como era la Colombia de entonces, la política se hacía a través de la prensa: al margen de los frecuentes cambios en el derecho de voto —universal, censitario, reservado— sólo participaban en ella los que sabían leer, y la dirigían los que sabían escribir. Salvo, claro está, cuando sus artículos y sus editoriales llevaban a la guerra: entonces sí, por las levas forzosas de los ejércitos, participaba todo el pueblo.
“Hemos hecho una Constitución monárquica”, comentó al cabo alguno de los Delegatarios. Se quejó entonces Caro: “Pero electiva”.
Y como guardián de las disposiciones constitucionales, la fuerza armada. Uno de los propósitos centrales de la Regeneración era el de lograr la paz en el país, constantemente alterada bajo la Constitución del 63 por los excesos del federalismo, propicios al desorden. Para ello se instituyó un fortalecido ejército nacional bajo mando único en sustitución del ordenamiento anterior, en el que los ejércitos de los Estados soberanos eran más poderosos y estaban mejor armados que el de la república; al cual por añadidura le estaba vedado intervenir en los choques entre Estados, que eran constantes, y más de una vez desembocaron en guerras generalizadas. En cuanto a la política económica el cambio fue igualmente drástico: tras el laissez faire y el librecambismo de los liberales radicales regresó el intervencionismo estatal. Y contra los bancos privados que habían empezado a florecer en Bogotá, Medellín y Cartagena, Núñez fortaleció el Banco Nacional que había creado en su presidencia del año 90, emisor de papel moneda de curso forzoso (con cuyas emisiones, dicho sea de paso, sumadas a las expropiaciones forzosas de los jefes liberales, se financiaron los costos de la guerra del 85). Desde sus embajadas en Europa le escribía Holguín a Caro, felicitándolo por la Constitución: era la que siempre había soñado el Partido Conservador, por lo menos desde 1843. Duraría más de un siglo. Pero para ello sería necesario primero que las muchas cinchas que la ataban hubieran tenido al cabo de pocos años un resultado inesperado, aunque previsible: el de una nueva guerra civil, la más tremenda de todas, que era justamente lo que tantas precauciones autoritarias pretendían evitar.

Núñez Rex

Al contrario de la Constitución del 63, que había sido redactada en buena medida para frenar la ambición de Tomás Cipriano de Mosquera, pese a haber sido posible gracias a su victoria militar, la del 86 fue hecha para satisfacer la ambición de Rafael Núñez. Si ya había sido presidente de 1880 a 1882, y reelegido de 1884 a 1886, ahora lo sería dos veces más, de 1886 a 1892, y del 92 al 96 (aunque murió en el 94): la presidencia vitalicia a que aspiró en vano el Libertador Bolívar la obtuvo más de medio siglo más tarde el Regenerador Núñez. Obtenido todo el poder, como lo venía buscando desde su primera juventud, cuando inició su carrera con un braguetazo con la cuñada del influyente presidente del Estado de Panamá, Núñez lo encontró amargo. Sin firmar siquiera su anhelada Constitución decidió retirarse a su ciudad de Cartagena, dejando la firma en mano del designado y el gobierno en cabeza del vicepresidente, el liberal independiente Eliseo Payán. El cual a los pocos días se tomó el atrevimiento de aflojar los controles a la libertad de prensa, provocando el inmediato e indignado retorno del presidente titular, es decir, de Núñez. El cual tras hacer destituir a Payán por el Congreso lo hizo sustituir por un conservador sólido y verdadero, más de fiar que un liberal converso: Carlos Holguín, que ya ocupaba a la vez los ministerios de Gobierno, de Guerra y de Relaciones Exteriores.


La Regeneración, nacida de la tragedia de la guerra del 85, tuvo mucho de comedia de enredo. En lo ideológico ha sido tal vez la etapa más seria de la historia de Colombia, pero políticamente hablando fue un sainete. En buena parte a causa de las personalidades contrapuestas de sus dos grandes inspiradores y ejecutores, el liberal ultraconservador Rafael Núñez y el conservador ultracatólico Miguel Antonio Caro. El asunto fundamental de las relaciones con la Iglesia católica se columpiaba en el hilo bamboleante de los vaivenes sentimentales de Núñez y de sus cambiantes inclinaciones filosóficas: ora ateo, ora creyente; y el gobierno de la república dependía de sus achaques de salud y de sus caprichos climáticos. Núñez se iba y volvía, de la tierra fría a la tierra caliente; y volvía a irse y volvía a volver: era un dios lejano que lanzaba rayos y truenos por medio de su propia prensa, esa sí libre: el semanario cartagenero El Porvenir, donde escribía sus instrucciones de gobierno bajo la forma de artículos de opinión. Renunciaba al ejercicio del poder, pero hacía que en los billetes del Banco Nacional figurara su propia efigie patriarcal y barbuda y en las monedas de plata se acuñara el perfil imperioso de doña Soledad, su mujer; enviaba por telégrafo nombramientos de funcionarios diplomáticos y proyectos de ley; y, para evitar más sorpresas con sus suplentes, se hizo blindar con dos leyes que fueron llamadas, por antonomasia, “ad hoc”, dictadas en 1888: una que creaba para él una dignidad presidencial a perpetuidad, y otra por la cual se le permitía encargarse del poder cuando a bien lo tuviera y en dondequiera que estuviera mediante el simple procedimiento de declararlo así ante dos testigos.
Fue Núñez un curioso personaje, a la vez ansioso de poder y ansioso de retiro, de vida pública y de vida privada, de honores y de silencios; hombre privado disoluto, seductor de mujeres solteras, casadas y viudas, pero severo moralista público. Rafael Núñez, ambiguo y sibilino, y a quien admiradores y detractores por igual llamaron “la Esfinge”, en términos de la política colombiana no fue ni liberal ni conservador, sino nuñista. Como treinta años antes Tomás Cipriano de Mosquera no había sido ni conservador ni liberal, sino mosquerista. Y, más atrás, Simón Bolívar...
Frente a Núñez, pero también a su lado, Miguel Antonio Caro. Filólogo, gramático, poeta latino en castellano y traductor al castellano de poetas latinos, hispanista furibundo, orador parlamentario, periodista, político, bogotano raizal y vocacional que jamás en su vida rebasó los términos geográficos de la Sabana; y tampoco fácilmente catalogable en términos de la política colombiana: más socialista cristiano que conservador tradicionalista. De la improbable alianza de esos dos —aceitada, como ya se dijo, por el don de gentes de Holguín, que era amigo de Núñez y cuñado de Caro— surgió no sólo la Constitución del 86, que iba a durar un siglo, sino la llamada Hegemonía Conservadora, que iba a durar treinta años.
Pero antes, muertos Núñez y Holguín, quedó la Regeneración en las manos de Miguel Antonio Caro, quien como vicepresidente encargado le había cogido gusto al poder pero no tenía ni el carisma mágico del primero ni la habilidad política del segundo. Y en sus manos se desbarató la Regeneración. El partido llamado Nacional fundado para manejarla, ese injerto de liberales nuñistas o independientes y conservadores desteñidos o pragmáticos, empezó por funcionar como partido único, pero se deshizo rápidamente. Los liberales participantes habían sido siempre considerados traidores por los jefes del grueso del liberalismo. Y en cuanto a los conservadores, rápidamente divididos entre “nacionalistas” partidarios del gobierno e “históricos” opuestos a él, uno de sus jefes que había sido lo uno y lo otro los definía así: “Un histórico es un nacionalista sin sueldo; y un nacionalista es un histórico con sueldo”. Y así el Partido Nacional acabó convertido en lo mismo que desde los albores de la república se había conocido como “partido de los partidarios del gobierno”. El del clientelismo.
Si el gobierno más bien manguiancho de Holguín fue casi de calma chicha, el autocrático de Caro que le sucedió resultó agitadísimo: motines populares en el año 93, un complot de artesanos en el 94 y un conato de guerra civil en el 95, aplastado rápidamente por las armas del gobierno al mando del hasta entonces casi desconocido general Rafael Reyes. Lo cual puso a este, como había sido lo habitual durante casi todo el siglo, en la fila india de los presidenciables. Pero antes de que llegara su turno hubo un curioso enredo jurídico-político que desembocó en otra guerra, esa sí de grandes dimensiones: la guerra que se llamó de los Mil Días.
El enredo consistió en que Caro, que gobernaba en calidad de vicepresidente encargado por el ya difunto Núñez, no podía ser reelegido en el 96. Hubiera tenido que renunciar para no inhabilitarse; y aunque lo hizo, a los cinco días retomó el poder, sintiéndose traicionado por los primeros nombramientos que hizo su sucesor. Así que tuvo que inventar dos fantoches para los cargos de presidente y vicepresidente, a los que creyó que podría manejar a su antojo: el conservador nacionalista Manuel Antonio Sanclemente, anciano de 84 años, y el conservador histórico José Manuel Marroquín, que iba ya mediados los 70. Y el estallido de la guerra vino porque los liberales, excluidos por Caro tanto del poder ejecutivo como del legislativo por estar en el Error y en el Pecado, como los herejes en la Edad Media, se levantaron para imponer por las armas las reformas que en vano pedía desde el Congreso el único representante liberal, Rafael Uribe Uribe.

La Guerra de los Mil Días

Fue la más larga y sangrienta de las guerras civiles. Desde 1899 hasta 1902 se combatió en casi todo el país, exceptuadas las regiones despobladas de la Amazonia y el departamento de Antioquia, casi homogéneamente conservador, en donde el alzamiento liberal fue aplastado en dos semanas. Se combatió en las montañas y en los ríos, en los dos mares, en las selvas del Chocó y en los desiertos de la Guajira. Los muertos fueron más de cien mil: más que en todas las guerras del siglo XIX sumadas, para una población total de unos cuatro millones de habitantes. Participaron en apoyo de los insurrectos, con armas y ocasionalmente con tropas, los países vecinos con gobiernos liberales: Venezuela (Cipriano Castro), el Ecuador (Eloy Alfaro) y Nicaragua ( José Santos Zelaya). Y en apoyo del gobierno conservador intervinieron los Estados Unidos (Teodoro Roosevelt), que en Panamá frustraron las acciones del ejército liberal con el pretexto de defender el ferrocarril y las instalaciones del futuro Canal, entonces en construcción por una compañía francesa.
Mediada la guerra, el vicepresidente Marroquín dio un incruento golpe de Estado contra el senil Sanclemente y, de contera, contra Caro. Pero sus conservadores históricos (ahora con sueldo) tampoco pusieron fin a las hostilidades, sino que, por el contrario, las recrudecieron bajo un fanático ministro de Guerra, el general Arístides Fernández, que buscaba la aniquilación definitiva del Partido Liberal mediante el fusilamiento de los prisioneros. Y los liberales, desorganizados y dispersos, mal armados pese a la ayuda extranjera y casi incomunicados entre sí, acabaron por ser derrotados en lo que ya eran casi tres guerras separadas, cobijadas las tres bajo la inoperante “dirección suprema” del viejo jefe liberal Gabriel Vargas Santos, a las que se puso fin en tres tratados de paz distintos: el de Chinácota en Santander con las fuerzas de Foción Soto, el de Neerlandia en el Magdalena con las de Rafael Uribe Uribe y el del Wisconsin en Panamá con las de Benjamín Herrera. Este último, firmado a bordo de un acorazado de la escuadra norteamericana, pudo servir de paradójica advertencia: menos de un año después vendría el zarpazo de los Estados Unidos sobre Panamá para adueñarse del futuro Canal interoceánico.
Al país, devastado por tres años de guerra civil, arruinado por la desaforada inflación provocada por las emisiones de moneda sin respaldo lanzadas por el gobierno para costear la guerra (los liberales se sostenían con el saqueo), le faltaba todavía un tercer golpe para entrar con mal pie en el siglo XX. Ese golpe fue la separación de Panamá.
Se trataba del departamento (antes Estado) más remoto de Colombia, separado del resto del país por selvas infranqueables y conectado con él sólo por vía marítima con Cartagena y con Tumaco. Había sido el Estado de la Federación con más constituciones y más golpes de Estado locales y alzamientos armados, y era visto por los gobiernos centrales sólo como fuente de recursos aduaneros por los puertos de Panamá y Colón y por el ferrocarril interoceánico que los unía. Este era construido y operado bajo concesión por una empresa norteamericana, la Panama Railroad Company, desde mediados del siglo, cuando el paso de mar a mar por el istmo se hizo popular a raíz del descubrimiento del oro de California (que acababa de ser anexada por los Estados Unidos tras su guerra con México). Desde entonces fueron frecuentes los desembarcos de tropas norteamericanas en Panamá o en Colón con el pretexto de cuidar la línea férrea, que, en la práctica, fue la primera en unir la costa Este con la costa Oeste de los Estados Unidos.

“I took Panama”

El istmo era además el lugar más adecuado para abrir una vía acuática entre el Atlántico y el Pacífico. Así lo habían soñado los españoles desde los primeros tiempos de la Conquista, en el siglo XVI; y a finales del XIX la empresa había sido por último iniciada por una compañía francesa, la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique de Panama, que durante dos decenios adelantó las obras con grandes costos y dificultades y en medio de una inmensa mortandad de trabajadores a causa de la fiebre amarilla. La Compagnie terminó hundiéndose en una escandalosa bancarrota, y en ese momento el gobierno norteamericano entró en danza.
Al cabo de muchos ires y venires políticos, económicos y diplomáticos, logró en 1903 la firma de un Tratado con Colombia, el llamado Herrán-Hay, por el cual los derechos de la construcción del Canal pasaban a los Estados Unidos. Pero tanto el Congreso norteamericano como el presidente Teodoro Roosevelt exigían la concesión de la soberanía sobre la faja de territorio adyacente al Canal. Tras grandes discusiones en el Congreso colombiano, encabezadas por Miguel Antonio Caro, que de jefe del gobierno con su títere Sanclemente había pasado a ser jefe de la oposición, el Tratado fue rechazado unánimemente —con una abstención por enfermedad: la del senador panameño José Domingo de Obaldía Gallego (sobrino de la primera esposa de Rafael Núñez). Quien a continuación, de modo incomprensible, fue nombrado gobernador del departamento por el presidente Marroquín.
En previsión del rechazo colombiano al Tratado Herrán-Hay se había venido preparando en Panamá una sublevación, pagada por los Estados Unidos con la modesta suma de cien mil dólares, con el propósito de que el nuevo gobierno local se mostrara más dócil. Pero en Washington el presidente Roosevelt perdió la paciencia ante el remoloneo de “esas despreciables criaturas de Bogotá”, y envió sus buques de guerra a respaldar a los insurrectos con sus cañones y sus infantes de marina. Al final, sin embargo, no fue necesaria la revolución: la separación se dio en forma de comedia y de farsa. El gobernador Obaldía cerró los ojos, el comandante militar de la plaza, general Huertas, se prestó por veinticinco mil dólares a poner presos a los jefes de las tropas enviadas por Bogotá para sofocar la sublevación inminente, y al cabo de tres días el gobierno norteamericano reconoció como soberana a la nueva república. Un ingeniero francés de la antigua y quebrada Compagnie Universelle, Philippe-Jean Bunau-Varilla, firmó en nombre del nuevo gobierno la entrega a perpetuidad de la zona del Canal. El nuevo gobierno de Panamá recibió a cambio diez millones de dólares: cifra inmensa para el presupuesto de un departamento colombiano de la época.
Roosevelt resumió el episodio en una frase: “I took Panama, and let the Congress debate” (“Yo tomé Panamá, y que el Congreso discuta”).


Causas y consecuencias del movimiento comunero. 


Índice 


La revolución de los comuneros fue una insurrección armada en el Virreina de Nueva Granada. El levantamiento se produjo en 1781, cuando la Corona española promulgó una serie de leyes que acarrearon una subida de impuestos para los habitantes de la colonia.
Al principio, la revuelta estuvo protagonizada por las clases sociales más desfavorecidas pero pronto se amplió y contó con el respaldo de los criollos más adinerados. Estos últimos, además de verse afectados por la subida de tasas, también padecían el problema de quedar relegados en muchos ámbitos sociales respecto a los llegados desde España.






José Antonio Galán – Fuente: Domingo Moreno Otero [Public domain], undefined

Los comuneros estuvieron a punto de alcanzar Bogotá. El gobierno virreinal, para evitarlo, aceptó negociar con ellos y firmó las llamadas Capitulaciones de Zipaquirá, en la que aceptaban partes de las reivindicaciones de los sublevados. Ese acuerdo no convenció, sin embargo, a parte de los insurrectos, que continuaron con la revuelta.
Cuando la situación se calmó un poco, las autoridades del Virreinato desconocieron las capitulaciones y capturaron a los líderes revolucionarios. No obstante, esta insurrección está considerada como uno de los primeros movimientos dentro de los que se produjeron hasta alcanzar la independencia.

Causas

La llegada al trono español de la Casa de Borbón tuvo como consecuencia una serie de reformas en todo su Imperio. La situación económica española hizo que buscaran sacar mayor rentabilidad a sus territorios en América.
Además de esa circunstancia, el Virreinato pasaba por unos momentos de bastante tensión. Esta había causado algunas insurrecciones anteriores a la revolución de los comuneros, como la ocurrida en Vélez en 1740 o el levantamiento liderado por Juan Ascencio Perdomo en Santafé de 1767.

Impuestos

La principal causa de la revolución de los comuneros fue la imposición de nuevos impuestos y la subida de los que ya estaban vigentes. Las reformas fiscales impuestas por la Corona española provocaron que la población de Nueva Granada tuviera que soportar una mayor carga tributaria.
Las crecientes tasas hizo que terratenientes y pequeños propietarias vieran reducidas sus opciones de expandirse. El incremento de impuestos como el de la alcabala, los estancos de tabaco y aguardiente o el de la Armada de Barlovento los dejaba en una peor situación económica.
No solo estos propietarios se vieron afectados. Jornaleros, artesanos y campesinos también sufrieron el aumento. En su caso, eso se unía a la desigualdad que ya sufrían.
La Corona creó una figura administrativa para asegurar el cobro de los impuestos: el Visitador Regente. El elegido para Nueva Granada fue Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres. Una de sus primeras medidas fue recuperar el impuesto a la Armada de Barlovento, que gravaba las ventas.

División social entre criollo y peninsulares

Las reformas impulsadas por los borbones también buscaban devolver poder a la metrópolis. Las nuevas leyes hicieron que los criollos fueran sustituidos por españoles peninsulares en los cargos de mayor responsabilidad.

Consecuencias

La revolución estalló el 16 de marzo de 1781 en la localidad de El Socorro (Santander). Las quejas contra los nuevos impuestos eran generales y, en ese ambiente, Manuela Beltrán, cigarrera, se digirió al estanco y arrancó y rompió el edicto que anunciaba el incremento de tasas y describía como abonarlos.
Ese gesto fue secundado por los habitantes de la localidad. Al grito de “Viva el rey” y “Muera el mal gobierno”, los ciudadanos se enfrentaron al alcalde afirmando que no iban a pagar ninguna de las contribuciones.
La revuelta se extendió muy pronto a poblaciones cercanas, como San Gil o Charalá. El impulso definitivo se lo dio la adhesión de las clases acomodadas de la región, también afectadas por los impuestos.
Los primeros lideres de la protesta fueron Juan Francisco Berbeo y José Antonio Galán, quienes organizaron una junta llamada “El Común”. Unas 20000 personas comenzaron a marchar hacia Bogotá, amenazando a las autoridades virreinales.

Las capitulaciones de Zipaquirá

Cerca de Vélez, los revolucionarios se toparon con una pequeña columna militar enviada desde Santafé para detenerlos. Sin embargo, las tropas gubernamentales fueron incapaces de frenar la marcha de los comuneros. Mientras, Gutiérrez de Piñeres huyó hacía Cartagena de Indias para buscar la protección del Virrey.
Ante la cercanía de los comuneros, las autoridades de Santafé crearon una comisión negociadora. En esta se encontraban el alcalde Eustaquio Galavís y el arzobispo Antonio Caballero y Góngora. La oferta fue suspender la reforma fiscal a cambio de que no tomaran la capital.
El 26 de mayo de 1781 comenzaron las negociaciones. Los comuneros presentaron un documento con 36 condiciones o capitulaciones. Entre las condiciones económicas se encontraban la supresión y rebaja de impuestos, la libertad de cultivos o el libre comercio de tabaco.
Aparte, el documento también contenía medidas como la mejora de caminos, que los nacidos en América pudieran optar por los altos cargos, la devolución de las salinas a los indígenas y otras reformas sociales y eclesiásticas.
Según los historiadores, las discusiones fueron muy tensas, pero al final ambos bandos llegaron a un acuerdo.

División entre los sublevados

Algunos historiadores piensan que las Capitulaciones de Zipaquirá, nombre dado al acuerdo, constituyen el primer estatuto político de Nueva Granada y que supuso un primer paso para desligarse de la Corona española. Otros, en cambio, apuntan que el documento dejó sin tratar asuntos tan importantes como la servidumbre indígena.
La firma de las Capitulaciones tuvo un efecto negativo para el ejército comunero. Mientras que sus miembros de clases más altas aceptaros lo negociado, los menos favorecidos mostraron su desconfianza.
Al frente de este segundo sector se encontraba José Antonio Galán, quien se negó a dejar las armas y buscó ampliar apoyos entre los trabajadores de las haciendas cercanas al río Magdalena.

Anulación de las capitulaciones

El tiempo demostró que la desconfianza de Galán tenía motivos de sobra. Una vez conjurado el riesgo de que los revolucionarios tomaran la capital, el Virrey desconoció las capitulaciones y envió a un batallón a sofocar la revuelta.
Los comuneros fueron derrotados a inicios de 1782. José Antonio Galán y el resto de los líderes fueron detenidos y ejecutados en Santafé de Bogotá. El cuerpo de Galán fue desmembrado y repartido entre las principales ciudades como ejemplo para quien osara rebelarse.

Levantamientos en otros lugares

La revolución de los comuneros encontró eco en otras partes del virreinato. En junio de 1781, las tropas gubernamentales sofocaron una revuelta en Pasto. Igualmente, se produjeron levantamientos en Neiva, Guarne, Tumaco, Hato de Lemos, Casanare y Mérida.
En Antioquía también se produjeron algunas revueltas, como la de los comuneros de Guarne, quienes pedían la libertad para cultivar tabaco.

Personajes principales

Como se ha señalado anteriormente, la revolución comenzó siendo protagonizada por las clases populares. Después, se unieron miembros de sectores mejor situados socialmente, como comerciantes o pequeños agricultores.
Cuando la rebelión fue creciendo, también dieron su apoyo algunas figuras prestigiosas de la época e indígenas liderados por Ambrosio Pisco.

Manuela Beltrán

Manuela Beltrán fue quien realizó en gesto que dio inicio a la revolución de los comuneros. En medio del mercado, el 16 de marzo de 1781, en El Socorro, arrancó de un estanco el edicto que decretaba las nuevas tasas impuestas por la Corona a la población del Virreinato.

José Antonio Galán

Nacido en Charalá, José Antonio Galán era de origen muy humilde y ni siquiera pudo estudiar durante su infancia. Según los historiadores, era analfabeto y solo sabía firmar.
No existen demasiados datos sobre su vida hasta que se erigió en uno de los líderes de la revolución de los comuneros. Después de firmarse las Capitulaciones, Galán desconfió de las intenciones de las autoridades del Virreinato, por lo que trató de continuar la lucha. Sin embargo, fue capturado y ahorcado el 19 de marzo de 1782.

Juan Francisco Berbeo

Juan Francisco Berbeo Moreno era natural de la localidad en la que comenzó la revolución, El Socorro. Una vez comenzada la sublevación, se convirtió en Comandante General de los comuneros.
Berbeo pertenecía a una familia de la élite de la ciudad, aunque no demasiado adinerada. Cuando estalló la revuelta, él era uno de los regidores del cabildo y fue elegido por el pueblo para liderarla.
Como comandante, participó en las negociaciones que dieron lugar a las Capitulaciones de Zipaquirá. Como parte del acuerdo, fue nombrado Corregidor de la jurisdicción de El Socorro.
Cuando las capitulaciones fueron anuladas por el gobierno, Berbeo fue destituido y arrestado, aunque logró no ser condenado en el juicio posterior.

Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres

Gutiérrez de Piñeres ocupó el puesto de Visitador Regente durante la revolución de los comuneros. Esta figura había sido creada por los españoles para controlar el pago de los nuevos impuestos. Además de la propia existencia de esas tasas, sus métodos crueles para cobrarlas fueron una de las causas de la revuelta.

Antonio Caballero y Góngora

Antonio Caballero y Góngora vino al mundo en Priego de Córdoba, España. Fue arzobispo católico y Virrey de Nueva Granada entre 1782 y 1789.
La revolución de los comuneros tuvo lugar cuando Caballero y Góngora era arzobispo. Formó parte de la comisión creada por el Virrey para negociar con los rebeldes y, de acuerdo a los historiadores, fue el responsable de convencerlos para que aceptaran un acuerdo. Los comuneros confiaron en su palabra y aceptaron disolverse.
Poco después, sin embargo, el virreinato desconoció dicho acuerdo y ordenó capturar a los revolucionarios. Un año después, Caballero fue nombrado Virrey de Nueva Granada.

Referencias

  1. SocialHizo. Insurrección comunera de 1781. Obtenido de socialhizo.com
  2. Pérez Silva, Vicente. Revolución de los comuneros. Obtenido de banrepcultural.org
  3. Córdoba Perozo, Jesús. Los comuneros de Nueva Granada (1781). Obtenido de queaprendemoshoy.com
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Comunero Rebellion. Obtenido de britannica.com
  5. Encyclopedia of Latin American History and Culture. Comunero Revolt (New Granada). Obtenido de encyclopedia.com
  6. OnWar. Revolt of the comuneros (New Granada) 1781. Obtenido de onwar.com
  7. Academic. Revolt of the Comuneros (New Granada). Obtenido de enacademic.com
  8. Executed Today. 1782: Jose Antonio Galan, for the Revolt of the Comuneros. Obtenido de executedtoday.com



Virreinato de Nueva Granada: origen, historia, organizazión y economía



El Virreinato de Nueva Granada, conocido también como Virreinato de Santafé, fue una entidad territorial dentro de las colonias americanas pertenecientes al Imperio español. Los territorios que la conformaron fueron las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. La capital se estableció en Santafé de Bogotá.
En un principio, las Reales Audiencias que fueron el antecedente de Nueva Granada, formaban parte del Virreinato del Perú. El intento de reforma administrativa y de gestión económica llevado a cabo por la Corona española bajo la Casa Borbón fue la principal causa de la formación de la nueva entidad.




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El Virreinato de Nueva Granada tuvo una historia corta y con varias fases. Fue creado en 1717 y disuelto, principalmente por causas económicas, en 1724. Posteriormente, en 1740, volvió a refundarse, hasta que el triunfo de las primeras rebeliones independentistas lo hizo desaparecer en 1810.
Finalmente, reapareció durante unos pocos años, cuando el rey Fernando VII intentó recuperar el dominio de la zona en 1816. Su abolición definitiva se produjo en 1822, cuando los diferentes territorios fueron afianzando su independencia de la Corona española.

Origen

Los primeros asentamientos españoles en la zona se remontan a 1514, concretamente en Santa Marta y Cartagena de Indias. Desde la costa comenzaron a expandirse hacia el interior y, en 1538, Gonzalo Jiménez de Quesada fundó la actual Bogotá, bautizada en su momento como Nuestra Señora de la Esperanza y, después, como Santafé de Bogotá.
En esos primeros años de conquista, la Corona de Castilla mantenía el control político mediante la Real Audiencia, un órgano judicial. En 1528, se creó la Real Audiencia de Nueva Granada. Más tarde, en 1550, apareció la Real Audiencia de Santafé de Bogotá dentro del Virreinato del Perú y con jurisdicción sobre el Nuevo Reino de Granada.

Causas de la creación del Virreinato

El antecedente de la creación del Virreinato de Nueva Granada fue la instauración de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá en 1550. En ese momento, la Audiencia quedó bajo el mandato del Virreinato del Perú y controlaba las gobernaciones de Popayán, Cartagena y Santa Marta.
Pronto se hizo evidente que la gran extensión del territorio hacía que la autoridad del Virrey del Perú quedara muy desdibujada. Por eso, la Corona española concedió mucha autonomía a las gobernaciones de Nueva Granada, Tierra Firme, Venezuela o Nueva Andalucía, entre otras.
Finalmente, esto causó que se elevara una petición al rey Felipe V para que permitiera la creación de un virreinato independiente.
Además de los problemas causados por la gran extensión del territorio, la Corona también tuvo en cuenta la ubicación estratégica entre los dos océanos, lo que permitía un mayor control de las actividades de piratería y de la amenaza británica en toda Sudamérica.
EL segundo gran beneficio que las autoridades españolas contemplaron fue la existencia de minas de oro y otras fuentes de riqueza. La creación de una gobernación local permitiría aprovecharlas de manera más eficiente.

Conflictos internos

A lo anterior, según los historiadores, hay que sumarle los conflictos constantes entre los presidentes de la Real Audiencia de Santafé y el arzobispado. La autoridad virreinal, situada en Lima, estaba demasiado lejos para mediar y tranquiliza la situación.

Historia breve





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El rey español envió unos visitadores para comprobar sobre el terreno la situación. Estos, recomendaron a Felipe V la creación de un Virreinato independiente en 1717, aunque no sería oficial hasta el 13 de junio de 1718.
El primer Virrey, con el que el Virreinato dejaba de ser provisional, llegó el 25 de noviembre de 1719.
La Real Cédula promulgada el 29 de abril de 1717, con la que se creaba el Virreinato, le concedía un territorio de más de seiscientos mil kilómetros cuadrados. Entre los territorios que englobaba se encontraban las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.

Primer Virrey

El primer Virrey de Nueva Granada fue Jorge de Villalonga. La orden que ratificaba su nombramiento fue recibida por el entonces presidente de la Audiencia, Pedrosa, acompañada por un pliego de instrucciones sobre cómo debía ser el gobierno. El punto principal era impulsar toda la normativa aprobada por Felipe IV para las colonias.
Sin embargo, el Virrey Villalonga no logró llevar a cabo esa labor con éxito. Durante su mandato no pudo cambiar los aspectos negativos existentes, ni satisfacer las demandas económicas esperadas por el Consejo de Indias.
Esto provocó que se comenzara a cuestionar la propia creación del Virreinato. Pedrosa, por ejemplo, reclamó su supresión. La idea principal era que suponía un gasto que la sociedad neogranadina no podía permitirse.

Disolución del Virreinato

A la falta de éxito del Virrey, se le unió la delicada situación económica en la que quedó España tras la guerra con la Cuádruple Alianza en 1724. Finalmente, el Virreinato de Nueva Granada quedó disuelto y volvió a ser gobernado por una presidencia.
En esta ocasión, sin embargo, el presidente incorporaba también las funciones del gobernador y del capitán general. Esto le daba las mismas atribuciones que un Virrey.
En principio, Nueva Granada volvió a depender del Virreinato del Perú, aunque, en la práctica, el Consejo de Indias legisló que el Presidente de la Audiencia gobernara con todo el poder que tenían los virreyes de Nueva España. De esta forma, la autonomía frente al Perú era total.

Restablecimiento

No fue hasta 1739 cuando el Virreinato de Nueva Granada volvió a establecerse. Los motivos aducidos por la Corona española fueron asuntos como la conversión de los indígenas, las relaciones con la Iglesia y la defensa de los puertos. A estos asuntos, se añadió la mejora del desarrollo económico de la colonia.
El 1740, la Real Audiencia de Quito se reincorporó de nuevo al Virreinato y, dos años después, la Real Audiencia de Venezuela pasó a depender del Virreinato de Nueva España.
Después de esta segunda fundación, el puerto neogranadinos de Cartagena fue atacado por los británicos. Las tropas virreinales consiguieron repeler el intento de conquista.

Ilustración en Nueva Granada

Una de las características más destacadas de los gobiernos virreinales en Nueva Granada fue la gran influencia de la ilustración. Los Virreyes y las reformas impulsadas por los borbones, realizaron políticas de carácter ilustradas destinadas a modernizar todas las estructuras administrativas y económicas del Virreinato.
Entre las medidas tomadas, destacan la creación de la Casa de la Moneda de Bogotá, la fundación de la primera biblioteca pública o la implantación del libre comercio.

La Expedición Botánica

En el ámbito cultural y científico, uno de los acontecimientos más importantes fue la Expedición Botánica. Esta fue impulsada por el virrey Antonio Caballero y Góngora, en 1783. Al frente se colocó al sacerdote José Celestino Mutis.
El propio Virrey adelantó parte del dinero necesario de su bolsillo hasta que la Corte dio su aprobación. El objetivo principal fue investigar la flora colombiana, así como realizar observaciones astronómicas, físicas y geográficas.

Rebeliones 

La invasión francesa de España provocó y la coronación de José Bonaparte en sustitución de Fernando VII, provocó que en toda la América colonial estallasen insurrecciones. En Nueva Granada, un grupo de criollos se levantó en armas en agosto de 1809.
La insurrección tuvo lugar en Quito y los rebeldes crearon una Junta de Gobierno que desconocía a las autoridades colonial pero se mantenía leal a Fernando VII. Tras esta, tuvo lugar otro levantamiento de Valledupar, Colombia.
La Junta de Gobierno de Cádiz, una de las formadas para resistir ante los franceses, encargó a un Comisionado Regio, Antonio Villavicencio, que comunicara la sustitución del virrey Amar y Borbón.
El 22 de mayo, un movimiento revolucionario creó una nueva Junta de Gobierno en Cartagena. Lo mismo ocurrió en 3 de julio en Santiago de Calí, a la que seguiría Socorro y Pamplona.
El 30 de ese mismo mes, los sucesos conocidos como el Florero de Llorente, en Santa Fé, acabaron con el arresto del Virrey y con las práctica disolución del Virreinato.

Declaraciones de Independencia

Esos primeros movimientos revolucionarios mantenían la fidelidad al rey de España. Esto comenzó a cambiar en julio de 1811, cuando la Junta de Caracas proclamó su independencia.
En Colombia, fue la ciudad de Cartagena la que tomó la iniciativa en este asunto. Tras su declaración de independencia, se sucedieron muchas otras en las demás ciudades de Nueva Granada.
Los meses que siguieron a estas declaraciones se caracterizaron por el conflicto abierto entre las diferentes opciones políticas. Federalistas y centralistas luchaban entre ellos y, juntos, contra los realistas.

Breve restauración del Virreinato

Cuando Fernando VII consiguió regresar al trono, una de sus prioridades fue recuperar el poder en las colonias. En 1815, Nueva Granada, Chile, Venezuela y el Río de la Plata estaban en manos independentistas, aunque también existían algunas Juntas partidarias del monarca.
Las tropas comandadas por Pablo Morillo, reforzadas por los efectivos enviados desde España, lograron recuperar la mayoría del territorio perdido en Nueva Granada y Venezuela. Tras esto, los españoles nombraron a un nuevo Virrey: Juan de Sámano.

Independencia

Los años entre 1816 y 1819 son conocidos como la época del terror en Nueva España. Los españoles bloquearon varios puertos y fueron reconquistando los territorios para restituir el Virreianto a sus orígenes.
A pesar de la represión ejercida por los realistas, algunos grupos republicanos consiguieron resistir. Así, mantuvieron el poder en la Guayana venezolana y en el Casanare. El contraataque, no obstante, no se produjo hasta 1819.
Ese año, Simón Bolívar y su ejército cruzaron las montañas que separan Casanare de Tunja y Santa Fe. Después de vencer en varias batallas, logró tomar Santa Fe el 10 de agosto de 1819.
Sámano huyó de la capital, dejando al Virreinato sin su capital. Sin embargo, los españoles todavía controlaban algunas ciudades y regiones, como Quito, Pasto, Cartagena de Indias, Caracas o Panamá.
En 1820, aprovechando una tregua, Bolívar declaró el nacimiento de la República de Colombia. Al año siguiente, regresaron las hostilidades, en las que los republicanos fueron ganando terreno. Para 1822, los realistas habían perdido el control de todo el Virreinato de Nueva Granada, en esta ocasión, de forma definitiva.

Organización política y social

El virreinato fue la entidad territorial y administrativa más importante en los dominios españoles en América. Su cometido era, principalmente, garantizar la autoridad de la Corona. Además, debía maximizar los beneficios obtenidos en sus territorios.

Autoridades peninsulares

La autoridad principal del virreinato, y de todo el Imperio, era el Rey de España, con poderes absolutistas.
Para mejorar el control de las colonias, la Corona creó la Casa de Contratación, que se ocupaba del comercio, y el Consejo de Indias, para asuntos judiciales y políticos.

El Virrey

El virrey era el representante del rey en los territorios americanos. Debía frenar los abusos cometidos por los funcionarios y hacer cumplir la ley. Era nombrado por el monarca tras escuchar las recomendaciones del Consejo de Indias.

La Real Audiencia

Presidida por el Virrey, la Real Audiencia era la máxima autoridad judicial en el Virreinato. El Nueva Granada existieron varias, como las de Santafé de Bogotá, la de Panamá o la de Quito.

El cabildo

Los cabildos ocupaban el último nivel en la jerarquía del gobierno. Como autoridad municipal, su jurisdicción eran los pueblos del Virreinato. Estaban compuestos por regidores y alcaldes y sus funciones eran imponer los impuestos municipales, distribuir la tierra y controlar los precios de los productos en el mercado, entre otras.

Organización social

La organización social de Nueva Granada estaba dividida entre la república de los españoles y la república de los indios. En la primera se encontraban las clases sociales dominantes, comenzando por los blancos nacidos en España.
Tras estos, se colocaban los hijos de los españoles nacidos en el Virreinato, los criollos. Aunque ganaron poder económica, la ley no permitía que ocuparan los cargos más importantes en el gobierno o la iglesia.

Los indígenas

Por debajo de estos grupos se encontraban los indígenas. Las leyes emitidas en España eran bastante protectoras, pero, en la práctica, apenas se cumplían en el Virreinato

Los esclavos

La necesidad de mano de obra en las minas, debida en parte a que los indígenas habían sido diezmados por epidemias y malos tratos, provocó la introducción de más de 2000 esclavos africanos.
Estos se encontraban en el nivel inferior de la sociedad. Un pequeño intento de protegerlos fue el llamado código negrero, que tenía el objetivo de paliar el desamparo que esta clase sufría y proteger a los propietarios en su evangelización.
Por último, una serie de mezclas raciales sin apenas derechos, como la de indígenas o negros o la de españoles e indígenas.

Economía

La principal fuente de riqueza de Nueva Granada fue la extracción de minerales. Junto a esta, las otras actividades económicas destacadas fueron la agricultura y el comercio.
Antonio Nariño, uno de los héroes de la independencia, declaró lo siguiente sobre la economía del Virreinato en 1797 : “El comercio es lánguido: el erario no corresponde ni a su población, ni a sus riquezas territoriales; y sus habitantes son los más pobres de América”

La encomienda

La encomienda fue una de las instituciones características de la actividad economía en las colonias españolas.
Estas consistían en la concesión de grupos de indígenas a un encomendero, quien debía asumir su evangelización y construir viviendas para ellos. A cambio, los indígenas tenían que pagar un tributo trabajando para él o, como ocurrió después, en dinero o bienes.
En teoría, esta figura tenía como objetivo evitar los abusos hacia los indígenas. En la práctica, desembocó muchas veces en situaciones de semiesclavitud.

La mita

Los conquistadores se encontraron muchas veces con falta de mano de obra. La disminución del número de indígenas, víctimas de epidemias y abusos, provocaba que las haciendas, minas u obrajes no tuvieran trabajadores suficientes.
Para evitar eso, la Corona creó la mita. Con esta figura se obligaba a un grupo de indígenas a trabajar por un tiempo, según la ley, a cambio de una remuneración.

La minería

La producción de oro fue la principal fuente de riqueza de Nueva Granada, ya desde antes de convertirse en virreinato. Al principio, el trabajo era desarrollado por los indígenas, que fueron sustituidos en buena parte por esclavos negros a finales del siglo XVI.
Ya durante el Virreinato, en el siglo XVIII, las exportaciones de oro aumentaron un 2,3 por ciento al año. Según los expertos, se trató del mejor siglo para Nueva Granada en este ámbito.
Las grandes minas pertenecía directamente a la Corona española. Las más pequeñas, por su parte, fueron explotadas por particulares que debían pagar un impuesto a la Real Hacienda.

El comercio

Durante varios siglos, el comercio tuvo un carácter de monopolio en las colonias españolas. Los puertos americanos solo podían realizar intercambios comerciales con la metrópolis, obviando al resto del continente europeo.
La Corona creó la Casa de Contratación, con sede en Sevilla (España) para controlar todo lo relacionado con esta actividad. Desde Nueva Granada, la Casa recibía oro y enviaba vinos, aceites, aguardiente o telas.
Las reformas borbónicas eliminaron la situación de monopolio, pero España mantuvo unas fuertes cargas fiscales.

Referencias

  1. Hernández Laguna, M. Virreinato de Nueva Granada. Obtenido de lhistoria.com
  2. Banco de la República, Colombia. El virreinato de la Nueva Granada. Obtenido de banrepcultural.org
  3. Herrera Ángel, Marta. Las divisiones político-administrativas del virreinato de la nueva granada a finales del período colonial. Recuperado de revistas.uniandes.edu.co
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Viceroyalty of New Granada. Obtenido de britannica.com
  5. Encyclopedia of Latin American History and Culture. New Granada, Viceroyalty Of. Obtenido de encyclopedia.com
  6. Khan Academy. Introduction to the Spanish Viceroyalties in the Americas. Obtenido de khanacademy.org
  7. Gascoigne, Bamber. History of Colombia. Obtenido de historyworld.net

·         La sociedad de la Nueva Granada   y el proceso de independencia.


·         Importancia de la gesta libertadora y de la mujer en el proceso de independencia


5º SEGUNDO PERIODO
Clase 7


El Real y Supremo Consejo de Indias, conocido simplemente como Consejo de Indias, fue el órgano más importante de la administración indiana (América y las Filipinas), ya que asesoraba al Rey en la función ejecutiva, legislativa y judicial.
No tenía una sede física fija, sino que se trasladaba de un lugar a otro con el Rey y su Corte. Este consejo actuaba con el monarca y, en algunas materias excepcionalísimas, actuaba solo.
Fue fundada alrededor de 1524 por Carlos V. Como institución se formó poco a poco, y ya los Reyes Católicos designan a Juan Rodríguez de Fonseca para estudiar los problemas de la colonización de las Indias con Cristóbal Colón. Al morir Fernando de Aragón se hace cargo de la Corona de Castilla en calidad de regente el Cardenal Cisneros, quien no tenía buenas relaciones con Rodríguez de Fonseca, de tal manera que lo separa de sus funciones y le encarga a dos miembros del Consejo de Castilla: Luis de Zapata y Lorenzo Galindes de Carvajal, para que formen un pequeño consejo, que se pasó a llamar “Junta de Indias”.
En 1516 cuando Carlos I se hace cargo de América, continua existiendo esta junta y ya en 1524 pasa a llamarse definitivamente Consejo de Indias. Su primer presidente fue el fray García de Loayza, quien se convertiría después en Arzobispo de Sevilla.
Las reformas borbónicas de 1714, con la creación de los ministros de despacho, quitan las atribuciones administrativas y legales del Consejo. En 1717 el Rey Felipe V crea una Secretaría de Marina e Indias, por lo que el Consejo va decayendo hasta que fue suprimido en 1812, luego nuevamente puesto en funcionamiento en 1814, cuando recupera la corona española Fernando VII y definitivamente abolido, como organismo asesor, en 1834.
Casa de Contratación
En 1503 se estableció por decreto real la Casa de Contratación de Indias en Sevilla, creada para fomentar y regular el comercio y la navegación con el Nuevo Mundo. Su denominación oficial era Casa y Audiencia de Indias.
Estaba regulada de acuerdo a las Ordenanzas expedidas en Alcalá de Henares en el momento de su creación, y entre sus finalidades se especificaban las de “recoger y tener en ella, todo el tiempo necesario, cuantas mercaderías, mantenimientos y otros aparejos fuesen menester para proveer todas las cosas necesarias para la contratación de las Indias; para enviar allá todo lo que conviniera; para recibir todas las mercaderías e otras cosas que de allí se vendiese dello todo lo que hubiese de vender o se enviase a vender e contratar a otras parte donde fuese necesario”. Su reglamento fue modificado por las Ordenanzas expedidas en Monzón en 1510 y toda la legislación referente a este organismo se imprimió en 1522.
Las Ordenanzas de 1510 son más extensas y minuciosas que las de 1503. Se especifican las horas de trabajo; se determinan los libros de registro que hay que llevar; se regula la emigración; se trata de las relaciones con mercaderes y navegantes; se dispone lo relativo a los bienes de los muertos en Indias, y se le incorpora el matiz científico al incluirse dentro de la Casa de la Contratación al Piloto Mayor -creado en 1508-, encargado de examinar a los pilotos que desean hacer la carrera, y de trazar los mapas o cartas de navegación y el Padrón Real o mapa-modelo del Nuevo Mundo, hasta 1519 en que se crea el puesto de Cartógrafo. Piloto Mayor en 1508 fue Américo Vespucio, sucediéndole más tarde Juan de Solís y Sebastián Cabot. A mediados del siglo la Casa del Océano -como gustaba llamarla Mártir de Anglería- era un organismo bien reglamentado, con capilla y cárcel propia.
Su primera sede fueron las Atarazanas de Sevilla, pero como era un lugar expuesto a las arriadas y dañino para las mercancías, pronto fue trasladada a las dependencias del Alcázar Real, donde quedó instalada en la sala denominada de los Almirantes, local “sano, y alegre”, con buen patio y una puerta orientada hacia el río. Allí permaneció hasta que fue trasladada oficialmente a Cádiz en 1717.



Funcionamiento.- Como controladora del tráfico marítimo, la Casa se encargaba del aprovisionamiento y del pertrecho de las flotas, y de la inspección de los barcos que se disponían a zarpar para América. Sus funcionarios aparejaban las flotas, compraban mercancías, daban instrucciones a los navíos, fomentaban el trato con Indias, estaban atentos a las necesidades de Ultramar, y cuidaban del registro de todas las embarcaciones.
Los principales funcionarios de la Casa de la Contratación eran su presidente, aunque este cargo no se creó hasta 1557, y tres oficiales, que a partir de esta fecha pasaron a depender de él: un contador, un factor y un tesorero. Había también un piloto jefe, del que dependían la organización de las exploraciones, el establecimiento de cartas marinas, la escuela de pilotos y cosmógrafos y la concesión de licencias de oficial de marina. El cronista oficial de la Casa escribía la historia de la América española y de su desarrollo tecnológico y científico. Los que violaban el reglamento de la Casa, caían bajo su jurisdicción y para ello se creó un tribunal especial en 1583.
Además de estos cargos, la Casa de la Contratación fue aumentando el número de sus funcionarios, a medida que fue incrementándose también la importancia del tráfico americano. Los oficiales de contaduría, numerosos escribanos, hicieron de esta institución una de las más complejas de todas la existentes en la Sevilla de los Austrias.
Por la estructura que se da a la Casa se adivina una estrecha relación con la Hacienda Real. Difícilmente hubiera podido ser de otra forma. El tesoro de la Corona ocupaba una parte esencial de los asuntos indianos. Por una parte, servía para financiar la compra y transporte de la mayoría de los bastimentos y pertrechos que eran llevado a Indias. Muchos de los colonizadores gozaban de salario a cargo del tesoro. Por la otra, los asientos para la formación de toda nueva expedición incluían expresamente cláusulas mediante las cuales se aseguraba el interés de la Hacienda Real en los beneficios económicos del viaje. Al efecto, eran comisionados funcionarios que acompañarían a los descubridores en sus andanzas y velarían por la adecuada satisfacción de los derechos reales.
Cabildo
El Cabildo fue un organismo representativo de la comunidad, que velaba por el buen funcionamiento de una ciudad y tenía jurisdicción sobre el territorio de la misma. El concejo o cabildo estaba compuesto por los alcaldes o jueces municipales y por los concejales o regidores. El número de los primeros oscilaba de uno, en las pequeñas poblaciones, a dos en las demás; el número de los segundos variaba según la importancia de las ciudades: en villas y pueblos solía haber de cuatro a seis; en las urbes destacadas ocho; en las capitales virreinales, doce o más
Los alcaldes ordinarios ejercían su mandato por un año, al igual que los regidores, aunque hubo casos de ciudades con regidores perpetuos nombrados por el conquistador-fundador o por el propio monarca. Durante los siglos XVII y XVIII la Corona, por necesidades económicas, vendió estas plazas al mejor postor.
Además de los alcaldes y regidores, el Cabildo se compuso de una serie de funcionarios entre los cuales se pueden señalar al alférez real (heraldo y portaestandarte de la ciudad), el depositario general (de los bienes en litigio), el fiel ejecutor (inspector de pesas y medidas y de los precios en tiendas y mercados), el receptor de penas (recaudador de multas judiciales), el alguacil mayor (jefe de la policía municipal), el procurador general (representante de los vecinos ante el Cabildo) y un escribano (o secretario que levantaba acta).
Las funciones del Cabildo iban desde el buen gobierno de la ciudad, el control del presupuesto y de las rentas del municipio y el correcto abastecimiento de víveres, hasta la persecución de la delincuencia y la administración de la justicia local.
El Cabildo trabajaba a través de sesiones, algunas de las cuales eran públicas y otras privadas. En circunstancias especiales se efectuaban cabildos abiertos, donde participaban los vecinos más connotados de la ciudad. Sin embargo, la norma general fueron las sesiones privadas.

En los primeros años de colonización los españoles vinieron y mataron a cuanto indígena se les atravesaba en su camino, luego  se dieron cuenta  que se podían utilizar como mano de obra barata y así se creó la Mita y Encomienda, que fueron dos sistemas socio económicos a través de los cuales los indígenas fueron explotados por mucho tiempo al servicio de la corona española, esta explotación era tan severa que generaba demasiadas muertes hasta el punto en que la población indígena se estaba agotando y es ahí cuando los españoles deciden crear el Resguardo como una forma de proteger a los indígenas y poder mantener así la mano de obra que necesitaban

La Mita fue un sistema de trabajo en el que cada grupo de indígenas aportaba a la corona un número determinado de trabajadores durante un tiempo (entre 15 días y 10 meses) y estos trabajadores eran llevados a las zonas que más se necesitaran para las diversas actividades alejándolos de la familia y de sus tierras lo que ocasionaba en muchos casos la muerte de los indígenas. La Mita era obligatoria pero no podía exceder de un tercio de la población tributaria nativa, y tenían un salario controlado por los españoles el cual era muy mínimo para las necesidades que tenían que suplir los indígenas. La mita se hacía por sorteo, en presencia del respectivo cacique. Existieron 7 clases de mita: la agraria, la minera, la de obrajes(trabajo en fábricas de tejidos y paños), la de servicio domestico, la de boga (transporte por el rio magdalena), la de transporte y acarreo(transporte de mercancía o productos), la de obras publicas (construcción ). La mita existió hasta el siglo XVII.

Por otra parte la Encomienda fue otra institución socio-económica y jurídica,  que consistía en un derecho que otorgaba el Rey de España a un español, llamado encomendero, como premio a los servicios que había prestado a la corona, para explotar  un territorio, con el cacique y sus indígenas. El encomendero debía recolectar los impuestos que los indios, por obligación,  tenían que cancelarle a la Corona Española, además estaba obligado a defender a sus indígenas, a construirles casas y defenderlos de los enemigos extranjeros. A cambio él debía comprometerse a cuidar de ellos y enseñarles la fe cristiana. Debido a la distancia entre España y América la corona española no tenia un buen control de los encomenderos, los cuales abusaban de sus indios pidiéndoles trabajos adicionales y explotándolos. La corona española creó la figura de los “visitadores” los cuales debían de comunicar lo que pasa con los indios en América y velar por que las obligaciones de los encomenderos se cumplieran. Las encomiendas mas importantes fueron las de Santa Fe y Tunja. La encomienda degenero en un sistema de servidumbre que existió hasta 1718 donde es abolida definitivamente.    







El Resguardo fue una institución  socio-economica creadas a finales del siglo XVI, instaurada en América  por la Corona Española, donde se reconocia un territorio de comunidad indígena, esa tierra era inalienable, esto quiere decir que no podia ser vendida, ni arrendada, ni permutada. Este territorio se regía por sus propias leyes indígenas y tenían vetados a los españoles. Fue creada para apaciguar la matanza de indígenas y cuidar la mano de obra barata y mantener controlados a los indígenas de algunas zonas del país. El resguardo era gobernado por un cabildo formado por el cacique, el cura, y el corregidor. y se dividía en tres partes, la primera se destinaba a las familias que las cultivaban de acuerdo con sus necesidades, la segunda era para la comunidad y era trabajada por todos, la tercera era destinada a los terrenos comunes de pastos para la cría de los ganados. La extensión de  los resguardos no era inferior a una legua (5500m) 

Después de 200 años como Republica aun se conservan algunos principios fundamentales de los sistemas de orden social de la época de la colonia, por ejemplo, la Mita de entonces es comparable con el servicio militar actual en donde todos los hombres mayores de 18 años  deben prestar servicio al país a través de las   fuerzas militares de Colombia ya sea en el ejército, la armada, la fuerza aérea o la policía nacional. Es comparable con la Mita ya que así como los indígenas debían de prestar un servicio laboral a la Corona Española, así mismo deben prestar los colombianos un servicio al Estado. Igualmente se hace por sorteo, por un tiempo determinado (entre 12 mese y 24 meses), es pagado con un salario irrisorio y donde se realizan trabajos forzoso que inclusive pueden costarle  la vida al ciudadano.
También podemos hacer una comparación en la Encomienda colonial, pues podemos ver que el orden social se mantiene en la actualidad con estructuras diferentes. Hoy en día la tierra pertenece a los grandes terratenientes del país, que contratan a campesinos (mano de obra barata) para explotar la tierra, a cambio de un sitio para vivir con su familia, un pequeño salario y la protección contra los vándalos.
Adicionalmente podemos ver que los pequeños propietarios en muchas ocasiones tienen que pagar la  llamada “Vacuna de protección”. Todas las personas del país le pagan al Estado para que las protejan, pero cuando el Estado falla ¿qué pasa? Que las personas tiene que ENCOMENDARLE  la protección de sus propiedades, su familia  y su vida a las personas al margen de la ley, las cuales  le piden una cuota de dinero como si fuera el tributo que debían pagar los indígenas a la Corona Española
Por otra parte los Resguados  siguen siendo  hoy instituciones socio-político  con un régimen especial que busca mantener  las tradiciones culturales de cada comunidad indígena, existen hoy 658 resguardos distribuidos en todo el territorio nacional reglamentados por el Estado colombiano.
Después de analizar los anteriores conceptos y compararlos con el sistema social actual, podemos ver que las condiciones sociales de la población menos favorecida han mejorado, sin embargo sigue prevaleciendo la inequidad en el manejo de las tierras de tal manera que, el dueño de la tierra se sigue beneficiando con el trabajo del que no tiene la tierra y entonces me pregunto ¿valió la pena la cantidad de muertes que se dieron durante la época de la independencia o la cantidad de conflictos bélicos  que han sucedido durante la época de nuestra Republica? ¿Realmente nos independizamos o simplemente cambiamos de patrón? ¿Será que la humanidad civilizada nunca podrá tener igualdad económica?
En conclusión podemos decir que desde la actualidad hasta el principio de nuestra historia como continente americano, solo hemos cambiado las cosas de nombre, por ejemplo, al principio se llamaba Mita ahora se llama servicio militar, al principio se llamaba Encomienda y ahora existen los seguros para vivienda o para el carro, lo único que no ha cambiado en todos estos años, por lo menos el nombre, desde “la antigüedad” hasta hoy, son los Resguardos los cuales en la actualidad  se siguen llamando igual, entonces ¿realmente hemos cambiado en nuestro país?




ACTIVIDADES ECONOMICAS EN LA COLONIA

Comercio Ultramarino
Las ciudades y poblaciones de la época colonial estaban unidas por una amplia red comercial, necesitaban productos como papel, tinta, plumas, ropa, utensilios, el ejercicio del comercio daba  entonces a muchos peninsulares la posibilidad de mejorar sus  fortunas.
Los funcionarios de la Corona aprovecharon su autoridad para convertirse en los abastecedores principales de su  propia empresa.
El comercio entre España y la  Nueva Granada se caracteriza por:
  • Los  precios de los productos eran demasiados altos debido a la escasez de moneda confiable.
  • Los altos costos de transporte y el elevado margen de riesgo a causa de la piratería.
  • La irregularidad de los  abastecimientos.
  • La tendencia al monopolio.

Comercio Local y Transporte
El producto más importante agrícola de la Nueva Granada fue el Maíz, la producción dependía de los indígenas los cuales  debían abastecer al Encomendero y  toda la comunidad española.
 El maíz era vendido por los propios indígenas (chibchas) y los encomenderos.
Los indígenas abastecían las ciudades de tejidos, mantas,  alimentos frescos, verduras, granos, sal marina, frijol, mariscos, cacao, victorias, bananas mediante la modalidad del trueque.
La Encomienda
Tomado de you tube.
El rey mediante una Ley, estableció la libertad de los indígenas y su libertad, su obligación de convivir con los españoles y la de  trabajar para ellos a cambio de salario y manutención, junto con la de los encomenderos de educar  a los indígenas en  la fe cristiana, estableció el sistema de encomienda.
El encomendero  recoge tributos y usa el servicio de los indios para el beneficio de la corona y el propio.
 La cultura feudal fuertemente arraigada entre los  conquistadores y la distancia entre España y las nuevas tierras favorecían las aspiraciones de los señores encomenderos y limitaban el cumplimiento de las leyes de indias.
Esto origina la usurpación de las tierras de los indígenas, quienes debían trabajar gran parte de sus tierras en beneficio exclusivo de los encomenderos,  además  pagaban tributos en trigo, maíz, cebada, garbanzos, frijoles, cañas y lino.
El encomendero explotaba  las tierras y fuerza de trabajo de los indígenas.
El  Trabajo Durante  la Colonia
Los  encomenderos, oidores y Regentes españoles buscaron ser  reconocidos en la Nueva Granada como Hidalgos de  sangre Azul de esta forma  se mantendrían alejados de los trabajos manuales, así controlaron el poder  político, económico y compartían solo con el poder religioso.
La ciudad  de la época de la Colonia exigía  la presencia de funcionarios españoles, comerciantes, profesionales liberales, artesanos y personal de servicio.
Los oficios se especializaron en tejidos de lana, como: hilanderos, tejedores, tintoreros y cardadores.
Aprender un oficio era muy difícil pues se  debía  pertenecer a una familia de artesanos ya que los oficios tenían un carácter hereditario y solo se transmitía de padres  a hijos.
Un  aprendiz podía vivir  hasta diez años trabajando sin otra remuneración que la comida.
Las mujeres y los esclavos no podían  aprender  oficios.
Los  oficios más destacados durante  la colonia fueron: zapateros, sastres, mieleros, panaderos, amasanderos, plateros, tabaqueros, canteros, pintores, sombrereros, carpinteros, albañiles, aserradores, talabarteros, fuelleros, tejedores,cerrajeros, impresores, costureros, fundidores, empapelador, tintoreros, fresaderos, curtidores, tripleros, alpargateros, manteros, hilanderos, barberos, calafateadores de embarcaciones, enfardadores de mercancías, batihojeros, orfebres, esta estructura por gremios fue suprimida con la independencia y se estableció la libertad de trabajo y de empresa, surge el artesano libre que debía competir con otros para ganar el sustento.
TALLER:
  • Cuál es el papel del comercio en la colonia.
  • Por que se caracteriza el Comercio entre  España y las  Colonias.
  • Que modalidad de comercio se  daba a nivel local en las  colonias.
  • Que producto agrícola  es el más importante en  el periodo de la colonia.
  • Cual era la situación de las comunidades indígenas en la encomienda. Analiza y describe en tu cuaderno.
  • Que concepción del trabajo tenían los españoles.
  • Que  características del feudalismo fueron traídas a las colonias.
  • Que oficios y ocupaciones  existían en la colonia.
  • Estos oficios  que nos dicen de esa época.
  • Que diferencias existen entre los oficios y ocupaciones de la colonia y los actuales.
  • Cuáles de estos oficios aun permanecen y Porque.
  • Elabora un dibujo sobre los problemas económicos que tenían  las comunidades indígenas de nuestro país  en la  colonia y plantea alternativas de solución  a la problemática.
  • Qué opinión tienes del colonialismo, realiza un debate con tus compañeros (as) de grupo y escribe 5  conclusiones  a las cuales ustedes llegan.

 PLAN DE ÁREA SEGUNDO PERIODO


Comprensiones:
Los estudiantes serán capaces de utilizar de forma autónoma su conocimiento para…
·         El proceso de Independencia de la Nueva Granada tiene consecuencias para la población colombiana (DBA 3 CS).
·         Los grupos indígenas y negros en el proceso de Independencia en Colombia cumplen un rol y realizan unos aportes determinados (CS).
·         La agencia humana es importante en los procesos de Independencia (DBA 7 CS).
·         El proceso consolidación de Colombia como República genera cambios políticos, económicos y sociales (DBA 4 CS).
·         Colombia reconfigura su identidad nacional a partir de la conformación de la República (DBA 6 CS).

Habilidades

Reconocer que tanto los individuos como las organizaciones sociales se transforman con el tiempo, construyen un legado y dejan huellas que permanecen en las sociedades actuales.
·         Identificar algunas características físicas y culturales de mi entorno, su interacción y las consecuencias sociales, políticas y económicas que resultan de ellas.
·         Reconocer la utilidad de las organizaciones político-administrativas y sus cambios a través del tiempo como resultado de acuerdos y conflictos.

PREGUNTAS ESCENCIALES
·         ¿Cómo se organizaba la economía y la política durante la colonia?
·          
·         ¿Cuál es el sentido de la independencia en Colombia?
·          
·         ¿Cómo influye el proceso de independencia en la población?
·          
·         ¿Cuáles son los roles y aportes de los grupos indígenas y negros en el proceso de independencia?
·          
·         ¿Qué representa para el ser humano asumir su independencia? ¿Qué fuerzas, qué valores humanos movilizan este proceso?
·          
·         ¿Por qué es importante ser una república?

CONOCIMIENTOS
·         Organizaciones políticas y administrativas como el Consejo Supremo de Indias, la Casa de Contratación de Sevilla, la Real Audiencia, los Cabildos, la Real Hacienda y el Virreinato.
·         Las formas organizativas del trabajo en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
·         Causas y consecuencias del movimiento comunero.
·         La sociedad de la Nueva Granada   y el proceso de independencia.
·         Importancia de la gesta libertadora y de la mujer en el proceso de independencia
·         Formación de los primeros partidos políticos en Colombia (Colombia entre 1850 y 1900).
·         Regeneración y Hegemonía conservadora (Constitución 1886, guerra de los Mil Días y separación de Panamá).
·         República liberal, época de la Violencia
El Frente Nacional (1958 - 1974).

HABILIDADES

·         Explicar las diferencias entre los grupos sociales existentes en la Nueva Granada durante el periodo colonial y las implicaciones que tuvo en la estratificación de la población colombiana.
·         Comparar del papel de las organizaciones políticas y administrativas coloniales con las actuales instituciones en Colombia.
·         Reconocer las formas organizativas del trabajo en la Colonia   y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
·         Identificar causas y consecuencias del movimiento comunero.
·         Comprender el desarrollo de la sociedad de la Nueva Granada.
·         Reconocer   la importancia de la gesta libertadora de la mujer en el proceso de independencia.
·         Conocer las características políticas del partido conservador y liberal.
·         Relacionar la aparición de los partidos políticos en Colombia con las luchas ideológicas que se dieron a lo largo del siglo XIX.

INDICADORES DE DESEMPEÑO
                    Reconocimiento de las formas organizativas del trabajo, la política y la administración en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
                    • Reconocimiento de los sucesos y personajes que contribuyeron al proceso de independencia de Colombia.
• Comprensión de los principales eventos políticos y sociales ocurridos en nuestro país desde su formación como república hasta nuestros días.

                    Entrenamiento en pruebas Saber de Ciencias Sociales y Competencias ciudadanas.
• Empleo de los elementos esenciales en los procesos de investigación


TAREAS

              Explicar las diferencias entre los grupos sociales existentes en la Nueva Granada durante el periodo colonial y las implicaciones que tuvo en la estratificación de la población colombiana.


              Comparar el papel de las organizaciones políticas y administrativas como el Consejo Supremo de Indias, la Casa de Contratación de Sevilla, la Real Audiencia, los Cabildos, la Real Hacienda y el Virreinato con las actuales instituciones en Colombia.
                    • Reconocer las formas organizativas del trabajo en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
                    • Establecer las causas del surgimiento del movimiento comunero y su incidencia en la independencia de la Nueva Granada.
                    • Establecer la importancia de la participación de los negros, indígenas y campesinos en los diferentes procesos históricos de Colombia en el siglo XIX.
                    • Indagar sobre los cambios culturales que generó el proceso de independencia en los grupos indígenas y negros.
                    • Generar reflexiones sobre los conflictos culturales que se presentaron al interior de los grupos indígenas y negros en el marco del proceso de Independencia.
                    • Identificar los escenarios de participación política y ciudadana que se crearon en la conformación de la República.
                    • Comparar las organizaciones sociales, económicas y religiosas de los grupos étnicos que habitaron el territorio durante la República.
                    • Conocer de las características políticas del partido conservador y liberal.
                    • Comprender la aparición de los partidos políticos en Colombia con las luchas ideológicas que se dieron a lo largo del siglo XIX.
                    • Explicar el desarrollo y la importancia de la gesta libertadora para la historia de Colombia y de América.
                    • Identificar el papel de las mujeres en el proceso de independencia de la Nueva Granada.
                    • Reconocer que los procesos independentistas fueron impulsados personas ordinarias.
                    • Diferenciar el tipo de acciones se pueden implementar cuando se requieren cambios en su entorno.
                    • Explicar cómo pueden participar las personas cuando se requieren cambios sociales, políticos o económicos en su país.
                    • Evaluación periódica y autoevaluación.
                    • Realizar entrenamientos y/o simulacros de las pruebas Externas.


PLAN DE ÁREA SEGUNDO PERIODO
Comprensiones:
Los estudiantes serán capaces de utilizar de forma autónoma su conocimiento para…
·         El proceso de Independencia de la Nueva Granada tiene consecuencias para la población colombiana (DBA 3 CS).
·         Los grupos indígenas y negros en el proceso de Independencia en Colombia cumplen un rol y realizan unos aportes determinados (CS).
·         La agencia humana es importante en los procesos de Independencia (DBA 7 CS).
·         El proceso consolidación de Colombia como República genera cambios políticos, económicos y sociales (DBA 4 CS).
·         Colombia reconfigura su identidad nacional a partir de la conformación de la República (DBA 6 CS).

Habilidades

Reconocer que tanto los individuos como las organizaciones sociales se transforman con el tiempo, construyen un legado y dejan huellas que permanecen en las sociedades actuales.
·         Identificar algunas características físicas y culturales de mi entorno, su interacción y las consecuencias sociales, políticas y económicas que resultan de ellas.
·         Reconocer la utilidad de las organizaciones político-administrativas y sus cambios a través del tiempo como resultado de acuerdos y conflictos.

PREGUNTAS ESCENCIALES
·         ¿Cómo se organizaba la economía y la política durante la colonia?
·          
·         ¿Cuál es el sentido de la independencia en Colombia?
·          
·         ¿Cómo influye el proceso de independencia en la población?
·          
·         ¿Cuáles son los roles y aportes de los grupos indígenas y negros en el proceso de independencia?
·          
·         ¿Qué representa para el ser humano asumir su independencia? ¿Qué fuerzas, qué valores humanos movilizan este proceso?
·          
·         ¿Por qué es importante ser una república?

CONOCIMIENTOS
·         Organizaciones políticas y administrativas como el Consejo Supremo de Indias, la Casa de Contratación de Sevilla, la Real Audiencia, los Cabildos, la Real Hacienda y el Virreinato.
·         Las formas organizativas del trabajo en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
·         Causas y consecuencias del movimiento comunero.
·         La sociedad de la Nueva Granada   y el proceso de independencia.
·         Importancia de la gesta libertadora y de la mujer en el proceso de independencia
·         Formación de los primeros partidos políticos en Colombia (Colombia entre 1850 y 1900).
·         Regeneración y Hegemonía conservadora (Constitución 1886, guerra de los Mil Días y separación de Panamá).
·         República liberal, época de la Violencia
El Frente Nacional (1958 - 1974).

HABILIDADES

·         Explicar las diferencias entre los grupos sociales existentes en la Nueva Granada durante el periodo colonial y las implicaciones que tuvo en la estratificación de la población colombiana.
·         Comparar del papel de las organizaciones políticas y administrativas coloniales con las actuales instituciones en Colombia.
·         Reconocer las formas organizativas del trabajo en la Colonia   y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
·         Identificar causas y consecuencias del movimiento comunero.
·         Comprender el desarrollo de la sociedad de la Nueva Granada.
·         Reconocer   la importancia de la gesta libertadora de la mujer en el proceso de independencia.
·         Conocer las características políticas del partido conservador y liberal.
·         Relacionar la aparición de los partidos políticos en Colombia con las luchas ideológicas que se dieron a lo largo del siglo XIX.

INDICADORES DE DESEMPEÑO
                    Reconocimiento de las formas organizativas del trabajo, la política y la administración en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
                    • Reconocimiento de los sucesos y personajes que contribuyeron al proceso de independencia de Colombia.
• Comprensión de los principales eventos políticos y sociales ocurridos en nuestro país desde su formación como república hasta nuestros días.

                    Entrenamiento en pruebas Saber de Ciencias Sociales y Competencias ciudadanas.
• Empleo de los elementos esenciales en los procesos de investigación


TAREAS

              Explicar las diferencias entre los grupos sociales existentes en la Nueva Granada durante el periodo colonial y las implicaciones que tuvo en la estratificación de la población colombiana.


              Comparar el papel de las organizaciones políticas y administrativas como el Consejo Supremo de Indias, la Casa de Contratación de Sevilla, la Real Audiencia, los Cabildos, la Real Hacienda y el Virreinato con las actuales instituciones en Colombia.
                    • Reconocer las formas organizativas del trabajo en la Colonia (la encomienda, la mita y el resguardo) y sus transformaciones en el sistema económico actual en Colombia.
                    • Establecer las causas del surgimiento del movimiento comunero y su incidencia en la independencia de la Nueva Granada.
                    • Establecer la importancia de la participación de los negros, indígenas y campesinos en los diferentes procesos históricos de Colombia en el siglo XIX.
                    • Indagar sobre los cambios culturales que generó el proceso de independencia en los grupos indígenas y negros.
                    • Generar reflexiones sobre los conflictos culturales que se presentaron al interior de los grupos indígenas y negros en el marco del proceso de Independencia.
                    • Identificar los escenarios de participación política y ciudadana que se crearon en la conformación de la República.
                    • Comparar las organizaciones sociales, económicas y religiosas de los grupos étnicos que habitaron el territorio durante la República.
                    • Conocer de las características políticas del partido conservador y liberal.
                    • Comprender la aparición de los partidos políticos en Colombia con las luchas ideológicas que se dieron a lo largo del siglo XIX.
                    • Explicar el desarrollo y la importancia de la gesta libertadora para la historia de Colombia y de América.
                    • Identificar el papel de las mujeres en el proceso de independencia de la Nueva Granada.
                    • Reconocer que los procesos independentistas fueron impulsados personas ordinarias.
                    • Diferenciar el tipo de acciones se pueden implementar cuando se requieren cambios en su entorno.
                    • Explicar cómo pueden participar las personas cuando se requieren cambios sociales, políticos o económicos en su país.
                    • Evaluación periódica y autoevaluación.
                    • Realizar entrenamientos y/o simulacros de las pruebas Externas.